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Errores y oportunidades perdidas de la 4T
El pasado 1 de diciembre concluyó el primer tercio del gobierno del Presidente López Obrador. Si la Cuarta Transformación (4T) fuera una película, ya habríamos visto la primera media hora; tiempo suficiente para aplicarle la prueba del aficionado al cine. Una cinta que inicia con una mala media hora no suele mejorar.
Esta es la lógica de Carlos Elizondo en Y mi palabra es la ley: AMLO en Palacio Nacional, su más reciente libro, publicado por Penguin Random House. En 500 páginas el autor hace un minucioso corte de caja al cierre del segundo año del gobierno de AMLO, con el fin de desentrañar lo que depara a México el resto del sexenio.
El enfoque tiene sus riesgos, que el propio analista reconoce. Busca hacer un balance general del primer tercio de la 4T, sin conocer el final del sexenio. La historia está llena de contingencias que la vuelven impredecible. Nadie habría anticipado al concluir los dos primeros años del gobierno del Presidente López Portillo el desastre en que terminó.
Al mismo tiempo, escribir la historia del sexenio en “tiempo real” tiene sus ventajas. Te libera del “sesgo retrospectivo”, que suele afectar la visión del historiador. Juzgar a un gobierno una vez que ha concluido lleva a menudo a ignorar las contingencias e imponderables a las que hizo frente. Un enfoque más adecuado, que Carlos Elizondo sigue, consiste en analizar la calidad de las decisiones en función de las circunstancias que enfrenta un gobierno y que pueden cambiar, incluso radicalmente, de un momento a otro.
El libro de Elizondo es una colección de ensayos bien documentados sobre diferentes aspectos de los primeros dos años del actual gobierno. Inicia con un análisis del estilo personal de gobernar, un capítulo inspirado en el célebre ensayo de Daniel Cossío Villegas sobre la Presidencia de Luis Echeverría. Con AMLO se ha restaurado la Presidencia imperial de la época de la hegemonía del PRI, aunque desprovista de los formalismos y la institucionalidad de antaño. La 4T es el show de un solo hombre.
La segunda parte está destinada al análisis de la forma en que AMLO terminó concentrando todo el poder, primero construyendo una mayoría legislativa superior a su mandato electoral y segundo colonizando órganos autónomos. La visión de la democracia de AMLO corresponde con una tiranía popular, tal como lo documenta Elizondo en este capítulo.
El tercer capítulo hace una revisión detallada de las acciones de gobierno. En esta radiografía, Carlos Elizondo compara las promesas con los resultados y encuentra una enorme brecha. Los siguientes capítulos los dedica a la relación de AMLO con los empresarios, a su política económica y a la energética en particular, temas que han sido la especialidad del autor en su carrera académica.
A lo largo del libro imprime un sello personal, propio del ensayo político como género. Dialoga no sólo con el lector, sino consigo mismo. Pero donde la experiencia personal adquiere un valor especial es al analizar la política energética. En este capítulo revisa su trayectoria como consejero independiente de Pemex. Es el “así lo viví” de Carlos Elizondo.
El siguiente capítulo evalúa la respuesta del gobierno de AMLO a la pandemia del Covid-19 (la contingencia más importante que ha enfrentado), para luego analizar la “visión de los vencedores”; los intentos de encontrar coherencia en las acciones de la 4T. El autor concluye con un pronóstico de lo que puede ser el desenlace del sexenio.
Después de ocho capítulos y unas sustanciosas conclusiones, el veredicto de Carlos Elizondo es claro. Han sido dos años de oportunidades perdidas y errores cuyos daños tomará tiempo reparar.
*Profesor del CIDE.