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Escándalos y un sistema de salud descompuesto en Reino Unido
Londres, Reino Unido.- Viajo por este país desde el 2 de septiembre. He visitado poblaciones de Escocia e Inglaterra y desde el domingo pasado me encuentro en Londres. Después de platicar con personas, leer periódicos locales y ver programas de TV, constato que este país enfrenta varias crisis, tal como lo leí en los medios británicos antes de viajar.
Ayer 17 de septiembre, los comentarios eran sobre dos escándalos.
El primero es el caso de Huw Edwards, de 63 años, quien de 2003 a 2023 fue el principal presentador de noticias de la BBC y que ayer fue condenado ayer a seis meses de prisión, suspendida durante dos años, por enviar y recibir casi 400 fotos de índole sexual explícita de menores de edad. En los medios se expresan opiniones en contra de la sentencia, manifestando que un pederasta con poder no recibe su justo castigo.
El segundo es el escándalo generado por el hecho de que el flamante primer ministro Keir Starmer y su esposa aceptaran lujosas prendas de vestir valuadas en miles de libras como regalo de un influyente aristócrata. Los laboristas dicen que esto es aceptable porque la pareja debe verse bien. Los críticos aseguran que es absurdo que no puedan pagar su propia ropa, especialmente cuando el gobierno ha tomado decisiones económicas que afectan a los adultos mayores.
Durante mi estancia he escuchado sobre la crisis que enfrenta el National Health Service o NHS, el Sistema Nacional de Salud que durante décadas fue motivo de orgullo nacional.
El NHS comenzó a enfrentar problemas a partir de 2010, durante el gobierno del conservador David Cameron. Las medidas de austeridad aplicadas por su gobierno resultaron en un crecimiento del gasto en salud de solo 1.7% anual. Esto causó tiempos de espera más largos, escasez de personal médico y deterioro de la infraestructura. La falta de planificación ignoró el envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades complejas. Cuando llegó la pandemia de Covid-19, el NHS ya estaba en una situación precaria. Ahora, el sistema enfrenta una crisis que requiere soluciones urgentes.
Starmer ha propuesto un plan de 10 años para reformar el NHS, enfatizando que sin una reforma sustancial no habrá más financiación. Su estrategia se centra en digitalizar el NHS, trasladar la atención a la comunidad y enfocarse en la prevención. El primer ministro advierte que estas reformas tomarán tiempo y que su éxito se medirá en años. Sin embargo, se compromete a ser audaz, subrayando la necesidad de una “cirugía mayor” para el NHS. Como primer paso, promete 40,000 citas adicionales cada semana.
Pese a sus problemas, el NHS sigue siendo mejor que el sistema de salud público de México, según los expertos. El NHS ofrece cobertura universal y gratuita a todos los británicos, mientras que el sistema de México cubre al 71% de la población. Ambos enfrentan escasez de recursos y personal médico. El NHS generalmente proporciona atención de alta calidad a pesar de largos tiempos de espera, mientras que en México la calidad varía. En general, el NHS brinda una cobertura más uniforme y completa que el sistema mexicano, pero ambos enfrentan desafíos para satisfacer la demanda de atención médica. Los mismos expertos aseguran que, comparado con el de Dinamarca, el sistema británico es inferior.
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