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Opinión

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La Cultura de la Paz, Subrepresentación y Rendición de Cuentas

Debemos usar el tiempo sabiamente y darnos cuenta de que siempre es el momento oportuno para hacer las cosas bien. Nelson Mandela

Es falso sostener que en México el “pueblo" votó por la sobrerrepresentación y por el Plan C del presidente que incluye la desaparición de los contrapesos al Ejecutivo, entre ellos al INAI, y la reforma al poder judicial.

En las boletas electorales sólo aparecieron nombres de candidatos, coaliciones y partidos políticos.

El mandatario y la titular de la Secretaría de Gobernación se desviven por defender a toda costa una inmerecida sobrerrepresentación en favor de su coalición –incluidas descalificaciones e insultos contra quienes hacen ver la irregular y arbitraria propuesta-. De lograrlo será por imposición al tener bajo control al INE y al Tribunal Electoral.

Es grave la crisis del régimen de partidos y de la representación de las minorías que se expresa también en la pasividad del PAN, del PRI y del PRD para frenar la sobrerrepresentación oficialista, como si se resignaran a la subrepresentación y a la eliminación de la pluralidad democrática, traicionando a quienes les otorgaron sus votos.

El presidente y su equipo parecen consultar un texto constitucional distinto al vigente. Sin embargo, se corre el riesgo de que su pretensión borre la pluralidad política que ordena y regula la Constitución, reflejada en los resultados electorales del 2 de junio pasado, si logran diluir los votos que recibieron los candidatos de oposición para imponer una subrepresentación en el Congreso en perjuicio de las minorías. El oficialismo pretende que el 54% de los votos que recibió se traduzcan en el 74% de las curules de la Cámara de Diputados y que la oposición, con un 46% de votos, obtenga sólo el 26%.

Recordemos que la pluralidad política y la cultura de la paz están interconectadas. Una sociedad que respeta la pluralidad política y promueve la cultura de la paz tiende a valorar la diversidad y la inclusión.

La tolerancia, el diálogo y la búsqueda de consensos son elementos comunes entre ambas.

La pluralidad implica diversidad y variedad de opiniones, creencias y perspectivas en una sociedad. Se trata de un valor democrático que fomenta la expresión de opiniones, el diálogo y la convivencia.

La cultura de la paz facilita la coexistencia de diferentes corrientes políticas y la construcción de acuerdos. Es decir, se complementan, ya que ambas contribuyen a una sociedad más justa, equitativa y participativa.

El gobierno saliente y sus partidos no confían en su capacidad de negociar por lo que se aferran en imponer la desaparición del pluralismo para evadir el diálogo y la negociación.

Siendo el diálogo un instrumento para canalizar racionalmente la pluralidad política y producir decisiones consensuadas, es altamente recomendable e indispensable para buscar los acuerdos en beneficio del país. En tiempos inciertos mantener el diálogo es crucial para superar desafíos y construir una comunidad más fuerte.

Por lo hace al Plan C, que incluye la demolición de los contrapesos al Ejecutivo, entre ellos al INAI, y la reforma a los poderes judiciales, diputados del oficialismo avalaron que los dictámenes del paquete de iniciativas del Plan C sean aprobados sin cambios, para que las reservas sean discutidas hasta la próxima Legislatura, excepto en el caso de la reforma judicial que, según el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, podría tener ajustes.

El pasado domingo la titular de Gobernación aprovechó el programa de radio “La Hora Nacional” para promover la referida reforma, sin tener en cuenta que el destino de la iniciativa ya no corresponde al Ejecutivo. En su participación señaló que, a su juicio, no hay justicia expedita, lo cual es cierto. Evidentemente el problema principal de la administración de justicia se debe a la exacerbada cultura procesalista, reto que, con la elección popular de ministros, magistrados y jueces, no se superará.

De prosperar la reforma propuesta se ocasionará una innecesaria complicación social y económica. Sin duda se trata de un tema de venganza política del mandatario que carece de importancia para la sociedad.

Resulta curioso, por lo demás, que los principales argumentos para imponer las reformas del presidente sean para “fortalecer la rendición de cuentas” y para acabar con una supuesta corrupción. Propósitos contrarios al quehacer cotidiano del Ejecutivo que se ha caracterizado por actuar en la opacidad y por propiciar la impunidad y, por lo tanto, solapar la corrupción.

Una de sus promesas de campaña fue que rendiría cuentas diariamente e implantó sus conferencias matutinas en Palacio Nacional desde donde, utilizando recursos públicos, se realiza un ejercicio de propaganda política partidista que dista mucho de considerarse un ejercicio de rendición de cuentas. Otro ejemplo consiste en haber declarado de seguridad nacional la información de obras públicas, precisamente para evadir la rendición de cuentas.

La corrupción ha sido una bandera del mandatario desde su campaña en 2018 y con esa excusa canceló la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco, que nos está costando cientos de millones de pesos; con el mismo argumento ha atacado a las instituciones del Estado que hoy pretende destruir. Sin embargo, no existen señalamientos ni pruebas puntuales de los posibles implicados por los supuestos actos de corrupción que ha insinuado.

El propio presidente aceptó que en “Seguridad Alimentaria Mexicana”, paraestatal de su creación con la que se terminaría la corrupción que existía en la anterior “Conasupo”, hubo el fraude más grande de la historia de México por 15 mil millones de pesos, cifra que prácticamente duplica lo robado en la “Estafa Maestra” atribuida a la anterior administración.

Actuemos antes de que se desbaraten las instituciones, emprendamos la reconstrucción del país y del tejido social.

Que prevalezca la lealtad a la Nación, sobre cualquier otra.

No dejemos de insistir en la conveniencia de arribar al diálogo para restaurar el tejido social y promover la cultura de la paz.

*El autor es abogado, negociador y mediador.

X: @Phmergoldd

Contacto: mediador.negociador@gmail.com

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