La DEA ridiculiza las mañaneras

En esta época no existe otro activo más valioso que la verdad.

El secretario Marcelo Ebrard estuvo el 13 de marzo en Washington para lanzar una campaña en contra de mentiras.

“Para no dejar que se consolide una narrativa basada en mentiras que dañe a nuestro país”, sentenciaba el comunicado de prensa escrito en Relaciones Exteriores.

“Las autoridades de seguridad nacionales no tienen registro de producción de fentanilo en México, sino que ubican a nuestro país como zona de tráfico de ese opioide y sus precursores, los cuales provienen sobre todo de Asia”.

“No vamos a permitir que atropellen a México”, comentó el secretario en relación a las peticiones de un par de congresistas republicanos sobre acciones eventuales de fuerzas de seguridad estadounidenses en el país.

Este comunicado hizo sonar las alarmas en Washington; una realidad paralela creada por el presidente López Obrador en las mañaneras promovió la idea de que en México no se produce el fentanilo.

Washington sabe que las reacciones del presidente López Obrador en las mañanera forman parte de un ejercicio de simulación que le ayuda a vender un “México en positivo” en el que su bondad gobierna con tino y sapienza; un ejercicio de autocomplacencia cuyas bases estratégicas forman parte de la propaganda. Un gobierno de publicistas.

Llegó el momento en que el presidente Biden se molestó por el sorteo de la responsabilidad del Gobierno de México en materia de seguridad. La DEA ha revelado los trucos de producción de una sesión de la mañanera que parece más a una parodia que informativa.

Anne Milgram, jefa de la DEA se encargó de desmantelar la simulación y las mentiras. Un día después de que AMLO enviara a medio gabinete a Washington (producción a cuenta de la mañanera), el Gobierno de Biden desclasifica datos reales sobre una acusación en contra de la cúpula del cártel de Sinaloa.

En un intervalo de año y medio la DEA logró infiltrar las operaciones de “Los chapitos”,  y conocer los vínculos con Colombia, Grecia, Guatemala y Estados Unidos. La agencia identifica también a proveedores chinos: Yongahao Wu, Yaquin Wu y Kun Jiang. Los detalles asombran. Por ejemplo, el 26 de mayo del 2022 un infiltrado de la DEA se reunió con un emisario del cártel de Sinaloa en la Ciudad de México.

El procurador general Merrick Garland describió las acusaciones ante la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York como “medidas de ley contra la operación de tráfico de fentanilo más grande, violenta y prolífica del mundo”.

Pero en México, AMLO, Ebrard y Rosa Isela Rodríguez, continúan ambientados por lo efectos de la mañanera.

La revelación de la DEA tuvo sus efectos el sábado por la mañana en la Embajada de China en México. Relaciones Exteriores envió a un funcionario de segundo nivel para impedir más enojos en Washington. Es probable que AMLO ordenara a Ebrard bajar el perfil del gobierno durante el evento en el que se presentó el nuevo embajador Zhang Run. Se observó al secretario de Agricultura y a funcionarios de menor rango de Turismo y Relaciones Exteriores.

En su momento, la carta del presidente AMLO a Xi Jinping parecía una broma, ahora, después de las revelaciones de la DEA, parece una ridícula petición con la que el mexicano se intenta lavar las manos en la crisis del fentanilo.

Sin guardar las formas, Marcelo Ebrard se fue la mañana del sábado a Puebla a un evento de su campaña. Uno de los funcionarios que trabaja con él subió a Twitter cuatro fotografías de la fiesta. En el momento en que le cuestioné la razón por la que no estuvo presente en la embajada de China, el funcionario borró el tuit.

Lo que no ha podido hacer la debilitada oposición, lo hizo la DEA: ridiculiza las mañaneras.

Biden ya se hartó de la simulación de AMLO.

Lo peor: la violencia en México.

@faustopretelin