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Opinión

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La apuesta de Milei 

La toma de protesta de Javier Milei en Argentina llega como una apuesta por cambiar el rumbo del país y ser oposición en una región que busca alejarse del Neo o del paleo liberalismo, según sus vertientes y la edad del dirigente.

La esperanza renovada de los 18.5 millones de pobres que representan al 40% de la población, se ilumina con las señales que Milei manda al realizar su primera visita como presidente electo a Estados Unidos - mientras que la de Fernández fue a México-, y la presencia de los mandatarios de Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Hungría, y España. Mientras que los de Nicaragua, Venezuela, Cuba ni Irán, a quienes el liberal tacha de dictadores, ni si quiera fueron invitados.

Es indudable que el país de las milongas ha cambiado de bando y que ha elegido invocar al espíritu de Margaret Thatcher en su discurso de toma de protesta, acompañado del toque antisistema que tanto le ha caracterizado y que, en mi opinión, es lo que lo ha coronado.

En su lógica con él inicia “un nuevo contrato social” y con ello una nueva definición de las cosas que se plasma en la manera en que eligió hablarle a sus seguidores desde las escalinatas del Congreso en vez de dirigírsela la Asamblea Legislativa. Mientras muy al estilo Thatcher les decía: “Sabemos que en el corto plazo la situación empeorará, pero luego veremos los frutos.”

Anticipando claramente los costos de las decisiones que prevé tomar en las próximas semanas, sobre todo cuando su ajuste fiscal “impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes.” Tomando en cuenta que de los 18.5 millones mencionados al inicio de estas líneas, 4.3 millones son indigentes que representan el 9.3% de la población.

Su apuesta no es fácil y se ha adelantado a anunciar que el invierno se encuentra en camino con la llegada de la “estanflación” - que significa que hay estancamiento e inflación a la vez-, en un marco de recortes del Estado, desregulación económica, cambios impositivos y privatizaciones. Lo que parece indicar que le saldrá una raya más al tigre del país en donde el PIB per cápita ha caído un 15% en los últimos 12 años.

Porque en sus propias palabras: “No hay plata, no hay alternativa al ajuste, no hay alternativa al shock” y esto es lo que preocupa en la apuesta tan delicada del economista libertario que hoy se ha convertido en presidente de Argentina. Porque en un continente dominado por la izquierda sus errores y fracasos serán sin duda capitalizados para fines locales y esto lo obligará a ser muy hábil en su selección de alianzas, porque por lo menos en el sur de la región, solamente Ecuador,  Uruguay y Paraguay parecen ir por el mismo rumbo. 

Por lo que su gobierno, de una u otra manera, bien podría convertirse en “el fin de la historia” regional, tal y como lo veía hace mucho Fukuyama, y en ese sentido, el rumbo dependerá de lo que inspire su ´éxito o su fracaso.

El mundo lo observa con la incógnita de si su administración será “el último trago para comenzar la reconstrucción de Argentina” y si le hará honor a sus palabras con la “luz al final del camino.” Porque como todo buen político, ya se cubrió las espaldas diciendo que “ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la están recibiendo ellos”, y eso me suena familiar.

La apuesta de Milei, va mucho más allá de Argentina. 

El último en salir, apague la luz.

X: @StephanieHenaro

Actualmente da asesorías geopolíticas, conferencias, e imparte la materia en la Universidad Iberoamericana de México y en la Universidad Francisco Marroquín en Guatemala. También comparte sus análisis en ADN40, MVS, Radiofórmula, El Heraldo y Televisa.

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