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La importancia del techo de endeudamiento en Estados Unidos
La activación de la restricción en el funcionamiento del gobierno el 1 de junio, podría no ser suficiente para contar con los recursos necesarios para cumplir con la deuda que tiene vencimientos en el corto plazo.
No es algo novedoso el asunto de las negociaciones en el Congreso de Estados Unidos con respecto al límite del techo de endeudamiento. Ya en otras ocasiones ha causado problemas en los mercados.
El nerviosismo actual responde a una situación tal vez más difícil debido a posturas más rígidas por parte de los partidos políticos.
Es posible que se alcance un acuerdo, pero aun así no parece haber buenas noticias para los mercados.
En primer lugar, sabemos qué pasa si un acuerdo no se alcanza para el cierre del mes. El gobierno norteamericano carecerá de recursos para sostener sus operaciones.
Eso implicaría un recorte en actividades desde el funcionamiento de muchas oficinas de gobierno no esenciales, oficinas de correo, espacios públicos, hasta servicios como la recolección de basura, nada deseable por cierto en la víspera de una recesión según lo que descuenta el mercado.
Asimismo, hay el tema del posible impago de los bonos del Tesoro en circulación. La activación de la restricción en el funcionamiento del gobierno el 1 de junio, podría no ser suficiente para contar con los recursos necesarios para cumplir con la deuda que tiene vencimientos en el corto plazo.
Por lo tanto, los agentes en posesión de bonos del tesoro de corto plazo tienen la incertidumbre de facto sobre si recibirán dólares por la amortización de la deuda en su poder.
No en balde las tasas correspondientes a los bonos del tesoro que vencen entre el primero y el 15 de junio se ubican entre el 6.50 al 7 por ciento. No es una distorsión trivial.
No se trata de un repudio de la deuda. Sabemos que el Gobierno de Estados Unidos puede ser tan solvente si es capaz de colocar deuda. Nunca en realidad ha habido un default de la deuda en Estados Unidos.
Se trata de un problema de operación en donde una cadena de posiciones respaldada por los mismos bonos del tesoro queda en entredicho.
Ahora, qué pasa si hay un acuerdo. El gobierno tendrá que emitir una cantidad relevante de deuda pública. El límite explícito de colocación de deuda de 31.4 billones de dólares (trillones en la nomenclatura americana) se alcanzó en enero.
Desde entonces el gobierno ha usado medidas poco comunes para cubrir con sus obligaciones.
Hay una cantidad de dinero relevante que tendrá que ser recolectado para resarcirle recursos al Tesoro Hay estimaciones que hablan de al menos 750,000 millones de dólares en menos de seis meses.
Este requerimiento implica una restricción de liquidez adicional a la que ya se ha activado con el problema de los bancos regionales y a la que supuestamente tiene activada la Reserva Federal a través de las actividades de Restricción Cuantitativa.
La presión en el espectro de tasas de interés de corto plazo puede sostenerse y las distorsiones podrían no desaparecer rápidamente. Hay un riesgo de que un posible acuerdo implique un esquema de restricción que los participantes en los mercados no esperan.
Para los mercados de capital la ecuación también es complicada. Se descuenta una recesión y una reducción de las utilidades de la mayoría de las empresas. La restricción de liquidez sumada a la restricción de crédito puede acentuar el impulso recesivo.
En un mercado ya distorsionado en donde sólo unas cuantas empresas sostienen un rendimiento positivo (las famosas FAANGS más algunas otras), la distorsión se puede acentuar y la expectativa de retornos verse afectada.
Con datos económicos que no muestran un descenso aun en niveles de empleo y la fuerte actividad de los miembros de la Reserva Federal reforzando la idea de que no hay en el futuro previsible un cambio en las tasas de interés, los inversionistas recalculan lo agresivo de sus posturas.
Las tasas de plazos largos han vuelto a subir, los mercados de capitales han descendido y el dólar tiene un nuevo impulso de fortaleza; hay de nuevo un momento de aversión al riesgo, a pesar de lo ilógico que resulte pensar en que las autoridades en Estados Unidos decidan darse un disparo en el pie, así de sencillo.
*El autor es director general de Invex Operadora de Sociedades de Inversión.
Twitter: @invexbanco