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Opinión

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Las comidas grupales y su efecto en el team building

En la actualidad, muchas empresas invierten recursos económicos y humanos para crear los vínculos entre sus empleados que les permitan desempeñarse mejor a partir del trabajo en equipo.

En la actualidad, muchas empresas invierten recursos económicos y humanos para crear los vínculos entre sus empleados que les permitan desempeñarse mejor a partir del trabajo en equipo (el famoso team building). Recientemente, muchas compañías han volteado a ver las comidas compartidas como la estrategia más óptima para este fin.

Desde las famosas convenciones, viajes de concentración de equipos, coaching empresarial, hasta las dinámicas de dejar caer el cuerpo para que un colega, por detrás, impida caer por completo. Todas estas son técnicas de construcción de vínculos.

Las grandes trasnacionales gastan millones de dólares en estas actividades: desde el viaje de integración a un lugar con paisajes naturales hasta los cursos de coaching en los que tienen que participar los empleados. Pero, por increíble y simple que parezca, investigadores de universidades como Harvard y Cornell han concluido que nada es más efectivo que propiciar que los empleados coman juntos.

Para la comunidad de las ciencias sociales, este descubrimiento no es nuevo. La comensalidad es lo que ha fundado sociedades. El acto de comer es, ante todo, un hecho social desde que éramos cazadores recolectores. Nadie está aislado, y aunque hoy es una actividad normalizada, el hecho de comer solo no resultaba fácil ni aseguraba la obtención de los recursos necesarios para sobrevivir. El comer juntos cohesiona y crea vínculos.

En uno de los estudios mencionados, se le preguntó a las personas con qué situación se pondrían más celosos si se enteran de que su pareja tiene contacto con su expareja en tres diferentes escenarios. En el primero, si su pareja tiene constante intercambio de mensajes y llamadas telefónicas con su ex; en el segundo, si su pareja ve a su ex en un encuentro cara a cara donde no haya ninguna actividad relacionada con la comida, y en el tercero, si la persona ve a su ex en un encuentro cara a cara donde se involucre comida o bebida. ¿Adivina usted en cuál situación se generan más celos? La mayoría de las personas consideró que estaría más celosa cuando hubiera una actividad que involucrara comida presente. Esto debido al hecho de que compartir la comida genera vínculos, cohesión e intimidad. En seguimiento a los estudios sobre las nociones de comer juntos, los mismos investigadores encuestaron a bomberos de diferentes estaciones en EU, quienes tradicionalmente comparten una comida al día. Encontraron que los bomberos procuran este momento aunque hayan comido en sus casas, puesto que el trabajo colaborativo incrementa en manera exponencial.

Muchas empresas trasnacionales actualmente invierten en políticas y lugares que propicien que sus empleados coman juntos. En Google US no sólo adaptaron un lugar diseñado especialmente para los empleados, sino que se les ofrece un bufet de comida gratis como parte de las prestaciones de la empresa. También existen, por supuesto, riesgos. Por ejemplo, si el espacio no está bien diseñado arquitectónicamente, se corre el riesgo de tener equipos de trabajo muy conectados, pero aislados del resto de la organización. Es por esto que la importancia del diseño de los espacios radica en el flujo de personas que comen con diferentes miembros de la empresa. Aunque en el diseño arquitectural enfocado a empresas es una tendencia el provocar que haya encuentros entre los miembros de la empresa, el invertir en espacios armoniosos para comer juntos resulta una mejor inversión, según el Harvard Business Review.

Los descubrimientos en torno al hecho de comer juntos y los beneficios en la productividad en el contexto organizacional demuestran, por un lado, cómo hechos de nuestra vida cotidiana y de nuestra alimentación tienen una incidencia importantísima en nuestra productividad. Y, por otro lado, cómo una noción que las ciencias sociales han tenido clara desde hace muchos años es aplicada al ámbito empresarial como una novedad, que conviene tanto a la empresa como al empleado.

Columnista de alimentación y sociedad. Gastronauta, observadora y aficionada a la comida. Es investigadora en sociología de la alimentación, nutricionista. Es presidenta y fundadora de Funalid: Fundación para la Alimentación y el Desarrollo.

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