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Opinión

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Libertad económica en México

El informe de libertad económica demuestra que existe una relación causal entre mayor libertad económica y mayores índices de prosperidad.

La Fundación Friedrich Naumann México acaba de publicar, en colaboración con varias otras organizaciones, el Reporte de Libertad Económica para América Latina . La presentación oficial será en el mes de abril.

Parecería extraño, si no de mal gusto, hablar de libertad económica en estos tiempos de crisis, recesión y desempleo. Las condenas al neoliberalismo, o frases ambiguas como llegó el fin del capitalismo se han convertido en chivos expiatorios de los males provocados por nuevas especies de intervencionismo, en los campos monetario y financiero. Esta asociación falaz entre crisis y libertad se ha transformando en el objeto principal del comentario colectivo con políticos, periodistas, sindicalistas, varios empresarios, y miembros de la sociedad civil.

Es por ello crucial retomar el tema de la libertad económica y su importancia para desarrollar una agenda de alto crecimiento.

En el fondo, la libertad económica no es más que un ámbito donde se desarrolla la libertad del individuo, a la par, por ejemplo, de la libertad de expresión u otras libertades. Así, en principio, la respuesta sobre el significado de la libertad económica parece sencilla: el reconocimiento del derecho de individuos a disponer como gusten de sus vidas, trabajos y bienes, así como su capacidad para relacionarse voluntariamente con otros mediante el intercambio pacífico de bienes y servicios.

Por lo tanto, la libertad económica es el reconocimiento de que los individuos tienen igualdad de oportunidad, y que requiere de un marco de derechos bien definidos para realizar las acciones y transacciones que cada individuo decida libremente. Desafortunadamente, lo más importante para la mayoría del público es un sistema que ofrezca resultados tangibles. Aquí radica la importancia del informe anual de libertad económica. Al explorar este documento, uno se encuentra con un estudio extenso con alto contenido empírico, que considera los elementos básicos de la libertad económica en el criterio de las asignaciones que realiza en el grado de libertad económica, dentro del universo de países en consideración: elección personal, el intercambio voluntario, la libre entrada y competencia en los mercados y la protección de los derechos de las personas y sus propiedades.

La calificación de México permanece estable en los últimos tres años: 6.83 en el 2005, 6.84 en el 2006 y 6.80 en el 2007. Si bien esta calificación mantiene a México como un país moderadamente libre, es preocupante su estancamiento: si en el 2005 ocupaba el puesto 59, para el 2007 está en el puesto 67, de 141 países evaluados. Ni hablar.

rsalinas@eleconomista.com.mx

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