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Opinión

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Los componentes clave de tus finanzas personales (Parte 3 de 6)

Una parte de lo que ganas tiene que ser para ti, para construir esa vida que quieres. Lo demás te lo puedes gastar sin culpa (pero sin excederte ni endeudarte). Esta fue la frase que escribí al final de la segunda parte y con esto mismo quiero empezar.

La única manera de construir un patrimonio, de lograr la vida que quieres, es a través del ahorro. No hay otra. Eso significa pagarte primero a ti mismo y luego a los demás.

No es posible hacerlo si gastas más de lo que ganas –eso además te llevaría a adquirir deudas– a gastar dinero que todavía no has ganado y adquirir un compromiso de pago que antes no tenías (y que te quita recursos para otras cosas que son más importantes).

Lamentablemente muchas personas ponen pretextos al ahorro. Por ejemplo, me han dicho “no ahorro porque no gano lo suficiente”. También me dicen “por eso me endeudo, porque no me alcanza”. Siempre es la misma historia y yo respondo con otra igual.

Ya la he contado aquí antes: en mi vida he tenido la oportunidad de conocer comunidades marginadas, gente realmente humilde, de muy bajos ingresos. He visto cómo señoras de la casa suelen guardar algunas monedas de su “gasto”, en un jarrito en la cocina “para cuando se ofrezca”.

Si ellos pueden ahorrar, aunque sea unos pesos, tú también puedes. Es un asunto de prioridades y por eso es tan importante tenerlas claras (lo cual nos lleva a lo que discutimos la semana pasada en este espacio).

¿Sabes cuál es la clave? Aprender a manejar tu dinero y eso significa tener un plan de gastos. Recuerda: si tú no tomas control de tu dinero, él tomará control de ti (lo cual a su vez causa estrés y otros sentimientos negativos, como ansiedad de sentir que no te alcanza para llegar a fin de mes).

Un plan de gastos es la evolución de un presupuesto. No me gusta usar esa palabra porque la gente la relaciona con “restricción” y piensan “ya he tratado de ajustarme a un presupuesto y nunca he podido, siempre termino gastando más”.

¿Sabes por qué? Porque mucho de lo que te han dicho sobre los presupuestos está mal y no funciona. Un plan de gastos se tiene que ajustar a ti, no tú a él. Esa es la clave.

El concepto es muy simple. Cada vez que recibes un ingreso tienes que hacerte una sencilla pregunta: ¿Qué es lo que necesito que este dinero haga por mí, antes de que me vuelvan a pagar?

En otras palabras: le asignas a cada peso que ganas, un trabajo. Pero sólo al dinero que ya te pagaron y ya tienes en tu cuenta de nómina. Si te pagan cada semana, entonces tendrás que hacer esto cada semana.

No puedes asignar trabajos a empleados que aún no has contratado. No tiene ningún sentido. Lo mismo con tu dinero.

Ahora bien, para que esto funcione, tienes que considerar todos tus gastos, incluidos los que no ocurren cada mes (gastos irregulares). Como por ejemplo el Predial, el regreso a clases o visitas al dentista.

Si no los consideras, cuando se presenten te causarán un desequilibrio financiero y tendrás que ver de dónde demonios sacas dinero para pagarlos. Mucha gente se endeuda por eso y por eso pierden el control.

En cambio, si son parte de tu plan de gastos, vas guardando de poquito en poquito, de tal manera que cuando se presenten tienes el dinero ahí, disponible, para pagarlos sin ningún problema.

Finalmente, en un plan de gastos la flexibilidad es importante, porque la vida nunca se da exactamente como la habías planeado. Por ejemplo: hace unos días vino a visitarnos una amiga de mi esposa y se quedó en nuestra casa. Eso nos generó gastos adicionales que no habíamos contemplado: la paseamos por la ciudad, la llevamos a comer, etc.

¿Qué hicimos? Cambiar nuestro plan de gastos. Nos adaptamos. Parte de nuestro dinero tenía un trabajo: ahora tiene otro trabajo. Bajamos lo que contemplamos en supermercado y en diversiones, incrementamos gastos en comidas fuera, para acomodar esa situación y no gastar de más.

El plan de gastos no está escrito en piedra: lo podemos cambiar cada vez que lo necesitemos. Como en este caso: el plan se ajustó a nuestras circunstancias (no al revés). Eso también es clave para mantener el control.

Ahora bien, ya dijimos que el ahorro es necesario para construir un patrimonio. Pero no es suficiente: también es muy importante saber invertir. De eso hablaremos en la cuarta parte.

contacto@planeatusfinanzas.com

Ejecutivo de alto nivel en seguros y reaseguro con visión estratégica de negocio, alta capacidad de liderazgo, negociación y gerencia. Además es columnista de Finanzas Personales en El Economista, Coach en Finanzas Personales y creador de la página planeatusfinanzas.com

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