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Opinión

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Los retos de Julio Berdegué en Agricultura y Desarrollo Rural

“Tenemos 10 años para hacer cambios fundamentales en la forma en la que producimos alimentos... si no los hacemos, estamos fritos”, ha dicho Julio Berdegué Sacristán, que será el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural en el gobierno de Claudia Sheinbaum.

¿A qué se refiere Berdegué? Los retos que implica el cambio climático están complicando las condiciones en las que se producen los alimentos, en México y en el mundo. En el mar, es más complicado mantener los niveles de pesca que se tenían. Las cosechas se enfrentan con los retos de ciclos de lluvias alterados y golpes de calor o frío extremos. Las sequías golpean con fuerza la actividad ganadera. 

La producción de alimentos se lleva el 75% del agua que se consume en México. El porcentaje es alto y está algo arriba del promedio de los países desarrollados, que se sitúa alrededor del 60 por ciento. Uno de los mayores problemas es el desperdicio del agua, vinculado con infraestructura deficiente, tecnologías obsoletas y hasta factores culturales. Más de la mitad del agua que se utiliza en la producción de alimentos se desperdicia.

El equipo de Claudia Sheinbaum trabaja a marchas forzadas para terminar un Plan Hídrico Nacional, que será el documento del que derivará una nueva política nacional de agua. Un aspecto que me preocupa y en el que podemos hacer mucho más es en el saneamiento de cuencas, me comentó la próxima presidenta en una entrevista publicada por El Economista a fines del año pasado.

¿Se puede mantener o superar la producción agroalimentaria en un contexto de dificultades crecientes, asociadas al cambio climático? Berdegué Sacristán piensa que sí es posible, aunque requiere un esfuerzo que no sólo depende del gobierno. México es el noveno productor mundial de alimentos, con una producción de 301 millones de toneladas. Es, también, el séptimo exportador del mundo. Las ventas al exterior valen alrededor de 28,000 millones de dólares. Tenemos exportaciones que rompen récord cada año, al mismo tiempo que enfrentamos escasez de productos básicos como maíz y frijol, reconoce el Consejo Nacional Agropecuario en su libro Visión de Futuro, que contiene propuestas para el desarrollo del sector en los próximos años hacia el 2040.

¿Por dónde empezar? Julio Berdegué habla de soberanía alimentaria, pero tiene una visión pragmática del asunto en el que no sataniza la importación de maíz transgénico para alimento animal y uso industrial. Su interpretación de soberanía se sintetiza en producir más e importar menos. Coloca como una de las prioridades la reducción/eliminación de la extrema pobreza de la gente que se dedica a la producción de alimentos: campo, pesca o acuacultura. En el sector rural, ahora hay 6.2 millones de personas en extrema pobreza y son 40% de todos los que hay en México. La meta declarada de Sheinbaum es que no sean más de 2% del total de la población en pobreza extrema al final de su sexenio. Esto supondría mejorar significativamente las condiciones de alrededor de 5 millones de personas que ahora viven en el campo. 

¿Qué tanto podrá hacer Julio Berdegué desde la  Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) a partir del primero de octubre? De los nombramientos anunciados por Sheinbaum, es el que cuenta con mayor experiencia internacional ininterrumpida en el tema que le fue asignado. Es un estudioso que ha trabajado en varios países de América Latina en diversos temas relacionados con el campo. En México, estuvo al frente del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo. Sus trabajos publicados incluyen aspectos relacionados con genética, organizaciones sociales y hasta el impacto de las grandes cadenas comerciales en la producción de alimentos. 

La agenda de trabajo de la Sader incluye a los productores de autoabasto y empresas sofisticadas que utilizan tecnología de vanguardia. En medio, están pequeños y medianos productores que también requieren atención gubernamental. El presupuesto de la Sader asignado para el 2024 son 74,109 millones de pesos. No alcanzan. 

¿Qué tanto apoyo recibirá la Sader de Berdegué para resolver asuntos que rebasan o trascienden los límites tradicionales de la secretaría? Pienso en el papel que juega la violencia y los grupos criminales en el campo mexicano. Es un factor de riesgo para las cadenas de exportación, como quedó claro hace unos días con el aguacate y el mango de Michoacán. Es también un agravante de las condiciones de pobreza para los productores en amplias franjas del territorio nacional, por ejemplo, Guerrero, Morelos, Guanajuato y Zacatecas. 

Así las cosas. Vienen tiempos de definición para el campo mexicano. Los próximos 10 años serán clave.

lmgonzalez@eleconomista.com.mx

Licenciado en Economía por la Universidad de Guadalajara. Estudió el Master de Periodismo en El País, en la Universidad Autónoma de Madrid en 1994, y una especialización en periodismo económico en la Universidad de Columbia en Nueva York. Ha sido reportero, editor de negocios y director editorial del diario PÚBLICO de Guadalajara, y ha trabajado en los periódicos Siglo 21 y Milenio. Se ha especializado en periodismo económico y en periodismo de investigación, y ha realizado estancias profesionales en Cinco Días de Madrid y San Antonio Express News, de San Antonio, Texas.

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