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Opinión

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Pemex: más de lo mismo

Va a seguir el mismo enfoque estratégico que su antecesor. “Un modelo de negocio que apuesta a la refinación y a la transformación industrial”.           

Octavio Romero Oropeza resultó un muy deficiente director general de la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex). Las metas de producción que se le plantearon quedaron tremendamente cortas. Las pérdidas económicas de la empresa se encuentran en niveles estratosféricos y puede hablarse con toda propiedad de que dejó en herencia un verdadero barril sin fondo. Tengo para mí que esos malos resultados no se derivaron del hecho de que su formación profesional sea de agrónomo, sino de la estrategia administrativa que puso en ejecución.

Se entiende que Claudia Sheinbaum haya optado por otro funcionario para encabezar a la paraestatal. Pero más allá del mero reemplazo, no creo que haya muchas razones para el optimismo. Y no se dice lo anterior en razón de la formación académica del nuevo elegido, sino con base en otra razón monda y lironda. Y esa razón es que ha anunciado que en su administración la entidad petrolera va seguir el mismo enfoque estratégico que su predecesor. “Un modelo de negocio que apuesta a la refinación y a la transformación industrial”. Se trata de un partidario a rajatabla de “la soberanía energética”, con consideraciones mínimas sobre la productividad y la rentabilidad de la empresa. La más alta amenaza a la supuesta soberanía de Pemex es que el grueso de su pasivo –cerca de 100 millones de dólares– es deuda externa. ¿Cuál soberanía?

Los grados académicos que se le atribuyan a Víctor Rodríguez Padilla, con ser seguramente ciertos, no ofrecen ninguna garantía de que su desempeño al frente de la paraestatal resultará exitoso y satisfactorio. Y por esto último debemos entender, que se consiga un repunte en la producción y que los grandes costos operativos del ramo de refinación se reduzcan. Cabe resaltar que no sólo el nivel de producción de Pemex se encuentra ya por debajo del nivel crítico de 1.5 millones de barriles diarios, sino que la tendencia es a la baja. ¿Cómo se va a revertir esa tendencia? ¿Refutando al New York Times por su postura crítica?

De manera muy cuestionable, con la designación de Víctor Rodríguez se elevaron peligrosamente los momios sobre Pemex. La contradicción es clarísima. Mientras la empresa se encuentra ya en un nivel cercano a la insolvencia, ahora se le va a pedir “avanzar en la transición energética del país”. Ello, al participar en la producción de litio y en la generación de energías limpias como eólica y solar. La proclamación es simplemente poco creíble. ¿Con qué ojos, divino tuerto? ¿O los apoyos fiscales se aplican a tapar los números rojos o a financiar las inversiones para generar energías limpias? Evidentemente, no alcanzará para las dos cosas.

bdonatello@eleconomista.com.mx

Columnista

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