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Opinión

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¿Qué puede debilitar al peso?

Tiene que gestarse un ambiente de fuerte aversión al riesgo combinado con un deterioro de la estructura de flujos de dólares al país para que veamos una tendencia del devaluación del pes

Todos muestran sorpresa e inquietud por la ubicación del dólar. La revaluación cercana al 15% registrada a lo largo del año deja a muchos portafolios dolarizados en la ruina si traducimos a pesos los rendimientos, que valga decirlo, no han sido malos en la mayoría de las clases de activo, incluyendo sorprendentemente a la bolsa de México.

Sin embargo, en lo que va de agosto el comportamiento del tipo de cambio es distinto a meses anteriores; pegó un brinco de niveles mínimos de 16.60 pesos por dólar hasta niveles de 17.40 hace una semana. En días recientes ha mostrado volatilidad y dificultad para intentar de nuevo romper los 17 pesos a la baja.

En varias ocasiones hemos descrito la estructura de fortaleza que tiene el peso. El fenómeno de relocalización de muchas empresas que proviene del conflicto de Estados Unidos con dicho país ha generado un flujo importante de inversión extranjera directa (IED), el año pasado totalizó 35,000 millones de dólares y en la primera mitad del año ya supera los 20,000 millones.

Añádale a esto el monto de remesas cercano a los 60,000 millones de dólares y una inversión de cartera que ha menguado muy poco, sostenida por tasas de interés en niveles elevados y no hay muchos argumentos para justificar una devaluación. Ya se lo hemos dicho repetidamente: México no necesita dólares, aparentemente le sobran.

Entonces ¿cómo respondemos la pregunta del título? En conversaciones con nuestros clientes, caemos en algunos factores que podrían generar el rebote que todo mundo supone que debería suceder. Explorémoslos:

1.- El principal móvil del tipo de cambio, el más inmediato es un aumento de la aversión al riesgo en los mercados globales. En momentos en que los mercados han resentido presión, ya sea por el rompimiento de expectativas muy favorables o por la presencia de hechos de tensión, como la quiebra de bancos regionales en Estados Unidos, el tipo de cambio ha pegado saltos en su cotización. Durante este año el mas relevante se presentó justo en marzo a raíz del problema bancario.

En estos momentos vemos un episodio de presión en los mercados cambiarios que ha fortalecido al dólar. La percepción de que la Fed mantendrá los niveles de tasas muy elevados y las vicisitudes de otras regiones, en especial de China que no deja de arrojar números poco favorables, ha fortalecido al dólar contra muchas monedas en especial de mercados emergentes, Tan solo en agosto en Renmimbi se ha devaluado mas de 6.0% contra el dólar y se acerca a máximos de varios años hacia atrás.

SI la ruta en los mercados significa mayor percepción de riesgo, vamos a ver al dólar subir en determinados momentos. De sobra está decir que este factor de debilidad tiende a ser temporal y no doblega la estructura de flujos a menos que se tratase de una crisis global muy relevante.

2.- Un cambio en el sentido de las políticas monetarias actuales. Si por un descenso marcado en la inflación o por un debilitamiento mayor en el crecimiento los bancos centrales decidieran abandonar su postura restrictiva actual y activaran la expectativa ya concreta de una baja de las tasas es probable que eso signifique un debilitamiento tanto del dólar como del peso y posiblemente un tipo de cambio mas alto.

Por ahora, no hay señales de que tal viraje vaya a suceder; por el contrario, hay un poco de mayor escepticismo con respecto a las tasas, los réditos de largo plazo han vuelto a subir en las ultimas semanas y la expectativa de una baja de tasa por parte de los bancos centrales se está aplazando en la percepción de los inversionistas.

3.- Amenazas a la estructura de flujos. Ayer vimos un salto del tipo de cambio al alza al momento en que la calificadora Moody’s mencionó que los flujos de ayuda a Pemex que aporta el Gobierno podrían mermar la calificación soberana del país.

Piense en el peor escenario posible: bajas de calificación, gana Trump en Estados Unidos, hay una elección disputada el año próximo, baja abruptamente el precio del petróleo, hay una recesión, no baja la inflación, se deterioran las finanzas públicas, etc.

En un escenario crítico (poco probable en estos momentos) que presione al peso, la mecánica de ajuste sería mantener tasas altas, situación que el mismo Banxico ha declarado que existirá por ahora.

Como puede ver, tiene que gestarse un ambiente de fuerte aversión al riesgo combinado con un deterioro de la estructura de flujos de dólares al país para que veamos una tendencia del devaluación del peso, otra cosa es que el tipo de cambio marque mínimos de manera continua como en el segundo trimestre; un movimiento hacia 18 pesos no cambiaría mucho las circunstancias, nos parece que definir una expectativa de estabilidad no es tan descabellado aún.

*Rodolfo Campuzano Meza es director general de Invex Operadora de Sociedades de Inversión.

Twitter: @invexbanco

perspectivas@invex.com

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