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Opinión

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Reflexiones analíticas del Supermultiplicador de Sraffa en la política económica actual de Mexico

La tasa de crecimiento de una economía (condición necesaria, aunque no suficiente para el desarrollo social), en los modelos heterodoxos de crecimiento endógeno depende del capital físico, del capital humano y del progreso técnico. Si consideramos que la economía capitalista tiende al desequilibrio (como en el modelo dinámico de crecimiento de Sir Roy Harrod), el factor equilibrante puede ser el gasto de demanda autónoma.

Esta es la esencia del llamado Supermultiplicador de Sraffa (SMR). El gasto de demanda autónoma se integra, en el ámbito macroeconómico, por los siguientes factores: consumo capitalista, consumo salarial, exportaciones, consumo de gobierno, inversión pública e inversión privada.

De la misma manera en que el crédito del sistema financiero al sistema industrial y comercial tiene un carácter dual (por un lado potencia el crecimiento económico al reasignar los ahorros de la sociedad a la productividad de la economía, y por otro lado, da alas a la especulación al crear burbujas crediticias especulativas con efectos negativos sobre el crecimiento), la inversión y los gastos autónomos tienen un carácter dual; mediante el multiplicador keynesiano (MK) del gasto potencia la demanda agregada, y mediante el mecanismo del acelerador (MA) potencia la capacidad productiva de la economía (desplazando a la derecha la función de Producción).

El desequilibrio latente de la economía capitalista obliga a crear instrumentos estabilizadores de parte el Estado. Este es el caso del Supermultiplicador de Sraffa, cuya capacidad estabilizadora revirtiendo desequilibrios macros se incrementa cuando es además acompañado por una sabia aplicación de las finanzas funcionales como la recomendada por Abba Lerner (“Funcional Finance and the Federal Debt”, The John Hopkins University Press, Vol. 10, No. 1, 1943).

El SMR postula que un gasto autónomo a lo largo del tiempo puede equilibrar las tendencias negativas de la economía como las crisis o el sobrecalentamiento inflacionario. La estabilidad en momentos de crisis no puede provenir de la inversión privada, en virtud de que está sujeta a los vaivenes de los “espíritus animales”, no puede provenir del consumo capitalista por razones similares. Verbigracia, en una crisis recesiva, el capitalista reduce su gasto de consumo y de inversión. Por otro lado, el gasto salarial en declive en el periodo neoliberal, cuyo distintivo es el outsourcing laboral, tiene efectos negativos en la aceleración de la inversión, lo que a su vez impacta en una reducción de la demanda efectiva, como lo ha demostrado una abundante investigación econométrica que, señala categóricamente que, hay una cointegración entre inversión y PIB.

Un sector exportador dinámico, con balanza comercial no desbordada, propicia que el gasto autónomo macroeconómico, en compañía de una adecuada relación capital/producto (v=K/PIB), puede generar una tasa positiva de crecimiento económico. Por su parte, el gasto público adecuadamente administrado, al impulsar una estabilidad de los gastos autónomos sin inflación, genera un apropiado valor en el Supermultiplicador de Sraffa, el cual permite estabilizar la evolución económica lejos del sobrecalentamiento y lejos de la recesión económica; es decir, lejos del desequilibrio económico tipo el señalado por el modelo dinámico de Sir Roy Harrod. De producirse este resultado la política pública puede ser muy positiva para el crecimiento de la economía.

Es oportuno plantearse en este momento para México la siguiente pregunta ¿La política pública instrumentada por la actual administración se ha orientado por el Supermultiplicador de Sraffa? Mi opinión es afirmativa y los argumentos son los siguientes:

1. El acuerdo comercial T-MEC que negoció el gobierno mexicano con Estados Unidos y Canadá al principio de su administración (y aprobado por todas las corrientes políticas del país) fortaleció el gasto autónomo relacionado con el sector exportador con efectos positivos de crecimiento por impulso de la demanda externa. En el primer mes del 2024, las exportaciones mexicanas a EU rompieron récord con un monto de 38,042 millones de dólares y consolidan a México como el principal proveedor, lo que revela un potente sector exportador, afectando positivamente el gasto autónomo de demanda y el valor del SMR.

2. Si bien el gobierno introdujo una política de austeridad 2019-2024, ésta se dirigió a controlar el gasto administrativo (un cuestionamiento plausible es que en ciertas esferas gubernamentales propició fuga de talentos, no necesariamente de funcionarios públicos neoliberales sino de especialistas técnicos que acumularon por años una altísima especialización en campos complejos de la administración pública), y en compensación desarrolló una política de inversión pública mediante 25 proyectos emblemáticos (Tren Maya, desarrollo del istmo de Tehuantepec, cinco proyectos del sector energía, diversos proyectos de inversión de infraestructura, diversos proyectos en el sector educativo y de salud, y un proyecto de consumo autónomo, el famoso programa de adultos mayores) que sobrepasaron en monto la reducción de gastos por austeridad, lo que mantuvo elevado el consumo y el gasto público. Asimismo, durante el covid, ayudó que el gobierno no se endeudara y mejorara la recaudación por eliminación de la no devolución de impuestos.

3. La balanza comercial se mantuvo controlada por efecto de los ingresos por remesas. Éstas continuarán en el 2024 como uno de los motores para mantener el consumo interno y significarán 3.8% del PIB (Baker Institute, Rice University), elevando el valor del SMR.

4. Se revirtió la caída del salario real, lo cual incide positivamente en el aumento del consumo asalariado, teniendo efectos positivos en la aceleración de la inversión y en el incremento de la demanda efectiva, debido a la citada cointegración entre inversión y PIB de México, lo que incide positivamente en el valor del SMR.

5. Se han creado expectativas favorables en la actividad del sector financiero, con ganancias continuas y crecientes, lo que puede inducir a canalizar mayores ahorros a proyectos productivos. Las enormes ganancias del sector financiero han incrementado la razón crédito/PIB en los últimos años, pero este coeficiente sigue siendo muy inferior en una comparativa internacional.

6. El efecto nearshoring puede detonar proyectos productivos que potencien el gasto del sector privado. Al respecto los datos son positivos (aunque hay dudas en ciertos desempeños financieros del gobierno como lo evidencia el caso Pemex, y aunque el control de la inseguridad siendo positivo, es todavía insuficiente para la problemática existente); las expectativas en el sector financiero y empresarial son positivas.

Para el 2024, SHCP estima que la inversión extranjera directa superará los 36,000 millones de dólares, impulsada por un manejable déficit de balanza de pagos de menos del 2% del PIB, y la existencia de amortiguadores financieros a disposición del gobierno por 251,000 millones de dólares.

La actividad del nearshoring acaparará 9,000 millones de dólares, una cuarta parte vendrá de nuevas empresas.

7. El crecimiento del gasto autónomo no ha propiciado inflación de demanda, dado que la inflación presente es fundamentalmente de costos, no de demanda, en virtud de que los gastos autónomos (Z) son inferiores al valor de la diferencia del cociente que tiene como numerador a la propensión marginal a ahorrar de la economía (s), y como denominador la relación capital-producto (v), y el valor del �� grado de utilización de la capacidad instalada (b); es decir Z< [ �� − ��] La deducción de ésta desigualdad se puede ver en Franklin Serrano y Fabio Freitas (Instituto de Economía, Universidad Federal Río de Janeiro, Circus, 2007).

Para terminar, recomendamos como marco analítico para la política pública que decida instrumentar el Nuevo Gobierno de México que resulte de las elecciones del 2 de junio del presente año, lo siguiente: “Dado el momento actual geopolítico internacional favorece a la economía mexicana, su crecimiento se puede potenciar con una aplicación sabia y virtuosa de afinación de la política pública basada en el Supermultiplicador de Sraffa”. La inversión pública acompañando complementariamente a la inversión privada, sin proyectos con rescates financieros (bail out) apuntan a una época interesante para la economía del país. Antes deberán resolverse riesgos de problemas financieros latentes. Un reto fundamental es una solución financiera estructural de Pemex con un profundo reordenamiento en sus estructuras de gobernanza.

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