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Opinión

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Reforma fiscal para 2025

Incluir una reforma tributaria durante una campaña política siempre resultará contraproducente para ganar votos. Es por ello que generalmente las reformas fiscales son propuestas por un gobierno durante los primeros dos años de su mandato, pues es cuando cuenta con mayor capital político para hacerlo.

El gobierno de la 4T desaprovechó esa oportunidad. A pesar de que había conciencia por parte de algunos funcionarios de que eran necesarias medidas tributarias para apoyar un mayor gasto en programas sociales y proyectos de infraestructura, los secretarios de Hacienda Urzúa y luego Herrera optaron por no enfrentar al Presidente y no proponer una necesaria reforma fiscal. Prefirieron escudarse en el argumento presidencial falaz de una política fiscal “moderada y conservadora”. La realidad es que las finanzas públicas son endebles y ante la incapacidad de generar recursos, podrían desembocar en una crisis.

Es imperativo pensar en que en 2025 deberá proponerse una reforma tributaria. Los componentes siguen siendo los mismos que se han venido esquivando desde años: (a) homologación del IVA eliminando la tasa cero y racionalizando las exenciones a algunos bienes básicos; (b) eliminar las exclusiones del ISR y ampliar el rango más elevado de dicho impuesto; (c) un aumento gradual por varios años en el impuesto por tonelada de emisión de CO2; (d) restituir con esos mayores ingresos los fondos de estabilización vacíos como el FEIP; y (e) una reforma al impuesto predial que requiere una actualización generalizada del catastro; dicha reforma tendría muchas virtudes como reducir las transferencias de la Federación a los Estados y eventualmente eliminarlas. Ello fomentaría la responsabilidad fiscal de los gobiernos locales, eliminaría el centralismo y podría otorgarles mayores recursos a las policías estatales para combatir las actividades del crimen organizado como derecho de piso y extorsión. Luis de la Calle, un destacado economista, tiene una propuesta bien estructurada para reformar el impuesto predial (véase http://www.economia.unam.mx/assets/pdfs/econmex/05/04LuisdeCalle.pdf).

En esencia, los componentes anteriores para una reforma tributaria fueron incluidos en las recientes recomendaciones del FMI a las autoridades del país en su reporte bajo la Consulta del Artículo IV. A esas sugerencias, la SHCP respondió que en principio apoyan que un gasto público productivo financiado por una reforma tributaria podría contribuir al crecimiento económico. Sin embargo, señalaron que esas medidas requieren tiempo para implementarse. ¡Claro! Pero entonces ¿por qué no lo hicieron durante los primeros dos años del sexenio? SHCP insiste en que se sienten confiados con las medidas administrativas aplicadas para combatir la evasión y el fraude fiscal. Citando al presidente,  “la lucha contra la corrupción es la mejor política fiscal”. ¡No! menor corrupción no genera fuentes estables y recurrentes de ingresos como sí lo hace un impuesto.

Este gobierno le heredará a la próxima administración un problema fiscal. Por ello debe trabajarse ya en una propuesta tributaria para 2025 por parte de instituciones académicas y privadas.

Twitter: @frubli

Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

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