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Opinión

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¿Sexenio o país perdidos?

Y como un agregado a la cuenta regresiva de autodestrucción, China se mete a defender a la autodenominada Cuarta Transformación y exige a Estados Unidos que deje sus políticas de intervencionismo en América Latina.

El Ministerio de Exteriores de ese país, no democrático, que tanto apapacha a los dictadores latinoamericanos, insta a Washington a “descartar la desfasada Doctrina Monroe y el intervencionismo lo antes posible, a detener las acciones unilaterales basadas en la intimidación, la coerción, las sanciones y bloqueos”.

Los chinos están en su juego, mantienen una confrontación comercial con Estados Unidos y ven una oportunidad de inmiscuirse en este país a través de los lances autocráticos del régimen mexicano.

A un mes de que López Obrador tenga que dejar el poder formal de la Presidencia de la República, llegamos a un punto de inflexión en lo que pueda seguir para México.

Por la velocidad del deterioro de las expectativas de crecimiento económico hasta el segundo trimestre del año y por la enorme crisis de confianza que se ha generado, tras las elecciones federales, es probable que el Producto Interno Bruto (PIB) en este 2024 quede muy cercano a cero.

Con ello, el acumulado del incremento del PIB en todo el sexenio de Andrés Manuel López Obrador será apenas superior a 4%, con un crecimiento promedio por año de apenas 0.7 por ciento.

Esto, junto con las pérdidas en inversión en servicios de salud, educación, infraestructura y todo lo que ha devastado López Obrador, estamos invariablemente ante un sexenio perdido, el peor en casi 40 años.

Sin embargo, eso es lo de menos. La agenda legislativa de la dupla López-Sheinbaum, que tiene su máxima expresión de tragedia en la contrarreforma al Poder Judicial, incluye una larga lista de cambios constitucionales que pueden hacer que hoy estemos en las puertas de caída a un país perdido.

Si por alguna razón en este régimen creen que pueden sustituir la trascendencia de Estados Unidos para México con la cobija china, van a cometer el error más importante de la historia económica de este país.

Entonces, agreguemos una pista más a este circo del horror de la 4T. Mala condición fiscal con crecimiento nulo en el sexenio, un paquete de contrarreformas constitucionales listas para aprobarse por un Poder Legislativo anulado y sumiso, y, ahora, un coqueteo chino que seguro merecerá un aplauso mañanero.

Se acabó agosto e inicia el tan temido mes de septiembre, le queda poco tiempo al gobierno entrante para decidir si acepta como herencia de su gran líder un país en llamas en vías de la autodestrucción, o si aprovecha, literalmente las próximas horas, para usar el súper poder de otra forma.

Hay margen para cambios fiscales profundos que corrijan el déficit e impulsen la economía hacia un crecimiento sostenido, hay espacio para una verdadera reforma que limpie los vicios de un independiente Poder Judicial, se pueden fortalecer y no desaparecer los organismos autónomos y se pueden aplacar los afanes chinos.

Apenas, en julio pasado el ratificado secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, reclamaba a China su falta de reciprocidad comercial y les hacía saber que ese era un sentimiento compartido con Estados Unidos, como socios del T-MEC.

Ojalá que los impulsos autoritarios no hayan cambiado esa visión.

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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