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Opinión

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¡Son las expectativas!: una explicación sobre la apreciación del peso

El tipo de cambio peso mexicano-dólar ha experimentado cambios notables en el transcurso del tiempo, generando sorpresa y debate. En 2023, el peso se ha apreciado más del 13%, lo cual ha sido atribuido en parte al diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos, como una explicación común. No obstante, dicha explicación resulta insuficiente si se ve a través de la lente de las teorías de expectativas racionales y mercados financieros eficientes.

La teoría de expectativas racionales se basa en el supuesto de que los agentes económicos utilizan toda la información disponible sobre el comportamiento actual y las previsiones de la economía por lo que anticipan las actitudes y políticas futuras de los gobiernos, reaccionando hoy según las expectativas formadas.

La teoría del mercado eficiente argumenta que en un mercado en donde existiesen inversionistas racionales y bien informados, los títulos serían valorados apropiadamente y, por ende, hoy los precios reflejan toda la información disponible. Aplicando las dos teorías al diferencial de tasas entre México y Estados Unidos, concluiríamos que un mayor diferencial de tasas de corto plazo indicaría una depreciación esperada del peso, no una apreciación.

Como antecedente inmediato, en el periodo 2012-2022, el peso sufrió una depreciación sustancial de casi 40 por ciento. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, debido a factores como la fluctuación de los precios del petróleo y la elección de Donald Trump en Estados Unidos. Y, posteriormente, la incertidumbre en torno a las políticas económicas de AMLO, así como la llegada de la pandemia de Covid-19.

Analizando el diferencial de tasas de los bonos gubernamentales a 10 años como medida del “riesgo país” en el largo plazo, el “spread” de las tasas de largo plazo ha disminuido desde inicios de 2022, reflejando que la depreciación esperada del peso se ha reducido, lo que explica la apreciación reciente. Es decir que no se debe al mayor diferencial de tasas de corto plazo entre México y Estados Unidos, sino que el menor “spread” en las tasas de largo plazo explican la apreciación al informar sobre la menor probabilidad de depreciación futura, contrario a la lógica de algunos analistas.

Por tanto, una explicación más convincente de la apreciación de nuestra moneda es una combinación de la reducción de las tensiones comerciales entre México y Estados Unidos durante la administración Biden, la expectativa de que el nearshoring incremente las exportaciones mexicanas hasta 10% en el próximo lustro, y la reducción de la incertidumbre sobre la economía nacional al acercarse el final de la administración de AMLO, lo que en conjunto ha creado un ambiente más favorable para el peso.

En conclusión, la relación entre el diferencial de tasas de interés y el tipo de cambio es más compleja de lo que sugieren algunas explicaciones parciales. Entendiendo el diferencial de tasas a lo largo de la curva de rendimiento y el tipo de cambio en su conjunto como resultado de los mercados ante las expectativas, la explicación que sugerimos va en sentido de menor probabilidad de depreciación futura de nuestra moneda ante una mejor perspectiva económica con respecto a años recientes. De esta manera, parecería que el peso está regresando a la senda de valor de mercado que tenía antes de los choques negativos a las expectativas por la caída del precio del petróleo y la elección de Trump y AMLO.

*Profesor del área de Entorno Económico de IPADE Business School.

**Miembro de la facultad de Economía de la Universidad de Rice y socio de Inscription Capital

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