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Opinión

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Un muro separa a la Casa Blanca del Palacio Nacional

En medio de la construcción permanente de buenas noticias falsas (conferencias infinitas de AMLO) cae como meteorito la reconstrucción del muro (del presidente Biden).

Funcionarios de México y Estados Unidos parecen tener origen de dos planetas distintos. La frecuencia de sus interacciones tiene como objetivo empatar y sincronizar sus respectivas agendas, pero al final de los encuentros los funcionarios refuerzan la idea de que su origen planetario es distinto.

El secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas confirma que el gobierno del presidente Biden no está de acuerdo con la construcción del muro. El determinismo presupuestal maquinado por fuerzas oscuras del trumpismo está imponiendo la reconstrucción del “hermoso muro”.

AMLO regresa a la casilla de salida (1 de diciembre de 2018) para asegurar que hay que atacar las causas del consumo de drogas. Un discurso que podría ser leído por el secretario general de Naciones Unidas. El problema, para un presidente, es que gobierna en tiempo presente.

El presidente AMLO dijo ayer durante su conferencia que México, por fortuna, no tiene extendido el problema del consumo de fentanilo. Nuestro sistema de salud es lo suficientemente preventivo para disipar cualquier incentivo de consumo masivo. “No tenemos nosotros, afortunadamente, adicciones excesivas de consumo de droga (…) lamentamos lo que está sucediendo en Estados Unidos; son nuestros hermanos”.

En el coro se escucha la voz de la secretaria de Seguridad, la periodista Rosa Icela Rodríguez: en México no se produce fentanilo.

Ya lo dijeron los chapitos en Sinaloa a través de narco mantas. En su boutique no hay oferta de fentanilo.

Pero desde el otro planeta, continúan los operativos contra mafias chinas que envían a México los componentes para cocinar el fentanilo.

En Estados Unidos el Partido Republicano ha sufrido lo que Cortázar llamaría La casa tomada.

El trumpismo llevó a la guillotina la cabeza de Kevin McCarthy y sus efectos ya llegaron a la Casa Blanca: de las próximas elecciones podría salir ganador el movimiento extraterrestre de extrema derecha QAnon.

¿Qué prefieren Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez: muro o drones? ¿Política de colaboración o invasión?

Niki Haley ha elegido la invasión con “operaciones especiales”; Ron DeSantis bautizaría a los narcos como terroristas para poder invadir; Trump recatalogaría al muro como soft power, y lo mejor para él sería tener “planes de batalla”.

Por lo pronto, los chapitos ya le avisaron a la Casa Blanca que ellos se encargarán de prohibir la apertura de boutiques de fentanilo; Biden avisa el reinicio de la construcción del muro; y AMLO confirma que México no tiene problemas en el consumo de drogas.

Dos planetas felices.

@faustopretelin

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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