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Opinión

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Veinte delitos cotidianos más allá de Tláhuac

Nos hemos acostumbrado a convivir con delitos y delincuentes, al abrigo de una autoridad que ha hecho de la capital una ciudad ingobernable.

Qué bueno que se caiga la máscara para aceptar que en la Ciudad de México el narcotráfico tiene bien arraigados sus tentáculos. No se necesitan cifras del Inegi para concluir que el mayor consumo de drogas y enervantes en el país ocurre en la zona conurbada de la Ciudad de México; se deduce por simple densidad poblacional, y para que ocurra se necesitan grupos y personas dedicadas al trasiego, tráfico y comercialización de los estupefacientes en todas sus modalidades.

Pero no me quiero ocupar del tema Tláhuac, porque en la Ciudad de México hay otros delitos que ya se hicieron cotidianos. Van por lo menos veinte:

1.- El robo de autopartes. ¿Cuántos años tiene de existir el comercio ilegal en la Buenos Aires con la complacencia de las autoridades?

2.- El sistema de transporte urbano: taxis, mototaxis, bicitaxis, combis, microbuses y autobuses fuera del control, con el daño a la economía local y los riesgos de seguridad.

3.- La red de grúas de la policía vial. ¿Necesito dar alguna explicación?

4.- Los viene-viene; uno de ellos dice que no deja su mes por menos de 30,000 pesos.

5.- La contaminación. Éste es un problema de un altísimo daño para todos con la complacencia de los gobiernos: los talleres mecánicos al aire libre, el transporte público, los cargueros y otros que operan gracias a las mordidas que dan a los servidores públicos.

6.- Los tianguis de entrada implican un costo para la economía porque no pagan impuestos, generan contaminación y representan una competencia desleal. Claro delito mayor es la cuota que cobran los líderes y las mordidas que se llevan los inspectores.

7.- Los ambulantes están en la misma categoría que los anteriores.

8.- Ya instalados en el comercio, las cuotas obligatorias de la Cámara de Comercio. ¿De dónde se sacaron que la cuota de 390 pesos anuales es obligatoria? A cambio sólo le dan a los pequeños comerciantes una calcomanía.

9.- La piratería, ni hablar, uno de los delitos más dañinos y ventajosos.

10.- La recolección de basura. ¿Está bien que todos, pero todos, los ciudadanos tengan que pagar por que recojan los desechos en los domicilios? De lo contrario el recolector nomás no se la lleva.

11.- Los inspectores de toda clase: construcciones, tianguis, protección civil, de lo que sea. Hay que darles para los refrescos.

12.- Paracaidistas y manifestantes: se convirtió en una forma de vida impulsada por los partidos políticos que les prometen casas y terrenos.

13.- Protección . Ha crecido de manera inmisericorde el número de bandas que se dedican a extorsionar comerciantes y particulares a cambio de no fastidiarles la vida.

14.- Gestores a la sombra o bajo control de funcionarios públicos.

15.- Venta de muestras médicas. ¿Sabe Usted que México está entre los pocos países en el mundo con muestras médicas?

Hay cinco que pueden completar la lista pero van en una ruta muy diferente: el asalto, el robo, el secuestro, la extorsión y el chantaje.

Sí, el narcotráfico es una de las plagas de nuestro tiempo, pero en la Ciudad de México nos hemos acostumbrado a convivir con delitos y delincuentes; algunos ya son vistos con normalidad, claro, siempre al abrigo de una autoridad que ha hecho de la capital una ciudad ingobernable. Algunos abogados dirán que no todos son delitos. Prefiero correr el riesgo.

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