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La amenaza continua

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OpiniónEl Economista

En Estados Unidos gobierna ahora un grupo que sostiene que la libertad irrestricta lo resuelve todo. Margina a la organización institucional y a la sociedad, así como el contexto de cooperación y solidaridad internacional.

Trump ha desmantelado instituciones relevantes y ha perdido credibilidad. La decisión de cerrar a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) es un cruel y duro golpe a los países africanos y de Centroamérica, al debilitar a los sistemas de salud publica a los que apoyaba. Se trataba de un presupuesto de 40,000 millones de dólares, que representaba 1% del gasto federal, pero que para los países beneficiados era una valiosa ayuda.

También es lamentable la decisión de reducir drásticamente la ayuda norteamericana al Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR) apoyo que representaba 40% del presupuesto de esa organización. Se agudizará el escenario de terror: muertes, violaciones, tráfico de niños, entre otras calamidades. Concurrentemente con el gobierno de México, la ACNUR logró que en nuestro país se diera asilo a 50,000 personas refugiadas, mismas que fueron reubicadas en ciudades industriales.

Asimismo, Trump anunció la desaparición de la Oficina de Educación. Esto significa que ahora sólo se contará con el gasto educativo estatal, mismo que es insuficiente para atender las necesidades de inversión en capital humano, factor importante para el desarrollo económico y social. El líder demócrata del Senado Chuck Schumer caracterizó esta decisión en los siguientes términos: “Es una forma del poder tiránico (…) una de las medidas más destructivas y devastadoras que Donald Trump ha tomado nunca”.

Hay incertidumbre de lo que puede hacer el presidente Trump porque es impredecible y por su economía del agravio. Sobresale su decisión de poner aranceles a la importación de su país. Primero fueron aranceles unilaterales y ahora son aranceles recíprocos. El efecto del muro arancelario en construcción es que los consumidores pagarán más por lo que compran. La guerra comercial afecta a la economía mundial.

Todos estos eventos han provocado una volatilidad cambiaria. Los mercados resienten. Y los gobiernos se preocupan de lo que hace Trump, que además, no le gustan las reuniones internacionales porque significan confrontar soluciones y hacer compromisos. Ya se salió de la Organización Mundial de la Salud, del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, del Acuerdo de París contra el Cambio Climático. Se acelera el aislacionismo de la política exterior norteamericana y aumenta el potencial destructivo que pueden tener las crisis políticas en el mundo.

Mientras ocurre el desmontaje institucional al interior de EU, se dilapida su credibilidad como promotor del orden multilateral. Y las perspectivas de crecimiento económico se ven afectadas por la acumulación de factores negativos.

Hay incertidumbre de lo que puede hacer el presidente Trump porque es impredecible y por su economía del agravio. Sobresale su decisión de poner aranceles a la importación de su país.

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Escritor y licenciado en economía, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. De 1984 a 1990 fue embajador de México ante el Reino de Dinamarca, donde se le condecoró con la orden Dannebrog.

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