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AMEXICA: Voces de la frontera

No olvidemos que el TMEC sigue vigente y hay que luchar por él.

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OpiniónEl Economista

El 2025 pasará a la historia como uno de los años de mayor tensión política en lo que va del siglo XXI en la relación México-Estados Unidos por las constantes amenazas de la Casa Blanca a las exportaciones mexicanas, en violación a los acuerdos comerciales, y las amenazas de deportaciones masivas que pone en riesgo a millones de nuestros connacionales y a una de las principales fuentes de ingresos del país. Es triste pero no se escuchan voces relevantes en Estados Unidos que estén haciendo un contrapeso estas amenazas. Solo la bolsa de valores de Nueva York ha reaccionado a la baja por la incertidumbre económica.

El tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) es un acuerdo que no solo reforzó los lazos económicos, sino que también consolidó la región de América del Norte como uno de los principales bloques económicos del mundo. La política de la incertidumbre está poniendo en riesgo muchos de los avances y expectativas puestas sobre el futuro de América del Norte como un contrapeso al poderío de las potencias asiáticas. A pesar de todo ello, es fundamental para los actores económicos recordar que el TMEC sigue vigente y debe de ser defendido a como de lugar.

El TMEC, el sucesor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), fue negociado durante la primera presidencia de Donald Trump, quien logró de México y Canadá ciertas concesiones, incluyendo una revisión a los 10 años de su firma en 2016. La importancia de este tratado no solo se encuentra en las nuevas normas y condiciones comerciales, sino que, gracias a él, México se consolidó como el principal socio comercial de Estados Unidos, desplazando a China.

Este cambio no es trivial, pues México no sólo se benefició de nuevas inversiones queriendo el acceso preferencial al mercado estadounidense, sino que contribuyó a una reconfiguración de las cadenas de suministro en América del Norte, fortaleciendo la cooperación regional y creando cientos de miles de nuevos empleos en los tres países. Solo en Estados Unidos, se estima que existen más de 6 millones de empleos que dependen del tratado que se están viendo en riesgo por la incertidumbre generada por posibles aranceles.

Desde el primer día, la Casa Blanca tomo un postura hostil hacia sus vecinos y mayores socios comerciales como parte de una nueva política exterior, lo que podría generar afectaciones a los consumidores norteamericanos que se beneficias de los bienes y servicios que dependen del tratado. Por ello los sectores económicos de los Estados, Condados y Municipios de Estados Unidos que tienen el mayor comercio con Mexico deben de unir fuerzas y tener un papel proactivo en comunicar las posibles afectaciones a sus inversiones y empleos locales generados gracias al TMEC.

Las empresas automotrices de Estados Unidos son el mejor ejemplo de éxito del tratado ya que han logrado crear cadenas de suministro exitosas a través de los tres países. Las modificaciones al acuerdo, en lo que respecta a las reglas de origen de los vehículos, y la presión sobre los fabricantes para que produzcan más autopartes en Estados Unidos y menos en México, son solo algunos de los puntos de fricción que podrían generar costos adicionales y afectar la competitividad de la región.

Por lo tanto, es crucial que los sectores económicos, especialmente aquellos que han trabajado durante años para integrar las economías de los tres países, se organicen para defender el TMEC a través de sus congresistas en Estados Unidos para que puedan exigir que la Casa Blanca respete los términos del acuerdo y que las políticas que surjan no destruyan lo que se ha construido. Esta situación debe ser vista como una oportunidad para continuar trabajando dentro del marco legal del TMEC, pero también como un recordatorio de que las decisiones unilaterales de Estados Unidos no necesariamente son las mejores a largo plazo para los consumidores.

El TMEC debe de seguir siendo la piedra angular de la relación económica entre México, Estados Unidos y Canadá por encima del ambiente político actual que esta basado en el aislamiento de EEUU y regresar a una época de gloria que no es realista.

El tratado ha sido muy beneficioso para EE. UU. y es un modelo de cooperación que puede ser aún más eficaz si se respeta, fortalece y expande. Los sectores económicos que han formado cadenas de valor exitosas deben alzar la voz y trabajar en conjunto con los legisladores estadounidenses para asegurar que la Casa Blanca no se aparte de los compromisos establecidos. La región de América del Norte tiene la capacidad de ser una potencia económica aún mayor, pero solo si trabajamos juntos para proteger lo que ya hemos construido.

*El autor es CEO, The Border Group.

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