Buscar
Opinión

Lectura 3:00 min

Ecuador votó por Noboa, tuvo miedo a Maduro

Luisa González y Rafael Correa no aceptaron la victoria de Daniel Noboa en las elecciones presidenciales ecuatorianas de ayer domingo.

En el momento de escribir la columna, Daniel Noboa tenía una diferencia superior al millón de votos sobre Luisa González (candidata del partido de izquierda Revolución Ciudadana): 55.92% frente 44.08 por ciento.

“Me niego a creer que exista un pueblo que prefiera la mentira antes que la verdad (...) Vamos a pedir el reconteo y que se abran las urnas”, comentó González pocos minutos después de que el Consejo Nacional Electoral diera a conocer el avance irreversible de los resultados.

González y Correa expresaron uno de los rasgos que prevalece en América Latina con excepción de países como Uruguay y Costa Rica: no aceptar la derrota. En este caso la diferencia es de 12 puntos y más de un millón de votos.

Daniel Noboa, del partido de derecha Acción Democrática Nacional, recibió con sorpresa los resultados luego del empate técnico de la primera vuelta.

Fallaron las encuestas, otra vez. Sus números no rompían el empate técnico.

Rafael Correa se quejó en X que su partido obtuvo el mismo nivel de votos que en la primera vuelta. Él cree que hubo fraude. Pero no dijo cómo se movieron las corrientes debajo del racional del voto.

Hay dos cifras que podrían explicar las dudas de Correa: indecisión (no sé por quíén voy a votar) y volatilidad (ya sé por quién voy a votar, pero puedo cambiar). La suma de ambas cifras fue de 20% a finales de marzo.

Una de las dudas que despertó desconfianza sobre Luisa González entre los indecisos fue el caso Venezuela. En el debate con Noboa ella comentó que sí iba a reconocer a Nicolás Maduro como presidente pese al fraude electoral que cometió el año pasado.

Su justificación fue lamentable: para que Ecuador deportara a venezolanos que llegaron durante el año y medio del Gobierno de Daniel Noboa.

La clase media ecuatoriana no quiere mutar hacia un estadio similar al de Venezuela. No quiere dictaduras.

Daniel Noboa usó su relación con Donald Trump para vincular su figura a la del republicano. Es claro que el riesgo fue enorme dado el perfil que trae Trump a nivel global luego de la guerra arancelaria que él mismo inició.

Dos semanas atrás Noboa viajó a Mar-a-Lago para tomarse una foto con Trump. Adicionalmente, contrató los servicios de Blackwater, empresa de paramilitares estadounidense para reforzar la seguridad en Ecuador.

Luisa González ofreció abrazos y no balazos como estrategia de seguridad.

Una de las externalidades de la victoria de Noboa es que México seguirá sin relación diplomática con Ecuador. La presidenta Sheinbaum mostró su apoyo a Luisa González durante algunas conferencias de prensa.

González prometió en varias ocasiones que las relaciones entre ambos países se reactivarían con su victoria.

Jorge Glass seguirá en la cárcel y no podrá viajar a México como sí lo han hecho varios funcionarios correístas corruptos.

La diplomacia mexicana continúa con rasgos dogmáticos y no de Estado.

Daniel Noboa ha recibido una segunda oportunidad por parte de la mayoría de los que votaron. No ha demostrado ser un líder; tampoco un gran comunicador. La inseguridad crece y la crisis energética se ha recrudecido, pero del otro lado se encontraba una candidata correísta cuyos nexos con Nicolás Maduro terminaron por asustar a la clase media.

Temas relacionados

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí
tracking reference image

Noticias Recomendadas

Suscríbete