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Sólo hay que leer las noticias
Prácticamente a un mes de la Navidad tenemos todo menos razones para que el resto del año nos tranquilice. Y para alimentar nuestro optimismo, éstos son algunos de los titulares de las últimas horas:
“En octubre la economía habría ligado tres meses de contracción”, “Pide INE aplazar la elección de jueces”, “Texas ofrece terrenos para campos de deportación”, “Temen bombardeo ruso”, “Morena extermina a IFT, INAI, Cofece y Coneval”.
Evidentemente que faltan muchas de las noticias que hoy marcan un panorama complicado en lo interno y en lo externo, en la economía, la seguridad y la tan dañada vida democrática e institucional de México.
En los temas globales, el gobierno mexicano cree que hace una gran aportación con ese comunicado conjunto de México, Brasil Chile y Colombia donde llaman a no escalar la carrera armamentista en la guerra Rusia-Ucrania.
Sólo que en el mundo se preguntan dónde estaba ese mismo gobierno mexicano para condenar con esa misma vehemencia la presencia de tropas norcoreanas en la invasión al país europeo.
El Instituto Nacional Electoral se muestra desesperado porque resulta imposible cumplir de forma adecuada con la ocurrencia, nacida de la disonancia cognitiva de López Obrador, de elegir a los jueces.
Y más allá de pensar en karmas, por su complicidad en dar forma a una mayoría calificada artificial en el Congreso, están en medio de un posible fracaso que puede tener consecuencias institucionales incalculables.
Es un hecho, habrá campos de retención de migrantes en la frontera de Texas con México y hay que tener lista una respuesta, que va mucho más allá de un informe sobre la aportación de los trabajadores mexicanos a la economía estadounidense. Hay que tener un plan y una partida presupuestal para recibir a esos expulsados que incluso podrían ser extranjeros.
Hay que creerle a Donald Trump, hay que dar por un hecho que será un personaje radical e intransigente con México y los mexicanos.
Internamente, no hay dudas de que la economía se desacelera y lo que sí puede hacer el régimen es aceptar lo complicado de alcanzar una meta de crecimiento para el 2025 de la que depende en buena parte la corrección fiscal necesaria.
No está por demás estar al pendiente de la calidad de la información estadística gubernamental, no vaya a ser que en estos nuevos tiempos de opacidad y autonomías cuestionadas se quiera recurrir al viejo maquillaje autoritario de las cifras.
Y, donde sí pudo existir todo el margen de maniobra necesario para evitar este sentimiento de que todo sigue igual, en una ruta autoritaria, es con el proceso legislativo de la aplanadora oficialista para aniquilar los organismos autónomos que daban opción a verificar y calificar el desempeño del gobierno federal.
Confirmar la ruta autoritaria del régimen atenta en contra de la confianza en este país, lo que abre la puerta para que los capitales que lo puedan hacer busquen otros destinos con costos de oportunidad menos onerosos.
Cómo aspirar a un fin de año tranquilo, a mercados más estables y a buenas expectativas económicas cuando el panorama, nacional e internacional, luce tan complejo.
Confirmar la ruta autoritaria del régimen atenta en contra de la confianza en este país.