Increíble. Los empresarios de Estados Unidos, alineados con Kamala Harris.

Se tardó, pero finalmente Kamala Harris nos dijo, a exactamente una semana de las elecciones en Estados Unidos, que es lo que ella haría si la gente la elige presidenta.

Lo hizo en el mismo sitio en el que Donald Trump arengó a sus seguidores hace tres años el 6 de enero del 2021 a marchar al capitolio y protestar por el resultado de la elección presidencial de noviembre de 2020.

Esta vez, la vicepresidenta prometió "poner a Estados Unidos y los estadounidenses por encima del partido". La prensa mundial reaccionó de inmediato, llamándolo un "contraste directo" con Trump “… En un discurso pronunciado en un lugar simbólico”.

Kamala Harris como Vicepresidenta siempre fue definida como mediocre y como una gran decepción. Pero esa moneda tenía dos lados y la de Kamala Harris finalmente apareció, cuando poco a poco hizo crecer el apoyo demócrata de unos cuantos simpatizantes que no tenían más remedio que votar por Joe Biden, a una campaña respetable en la que, por meses, ella y Donald Trump han tenido encuestas que los ponen a décimas de porcentaje de distancia.

La realidad es que Joe Biden tuvo que retirarse de la campana, empujado por los mismos líderes demócratas a quienes les angustiaba ver que Trump, ganaría.

Kamala, ante millones de decepcionados demócratas, de repente se vio obligada a ejecutar un milagro, y en menos de cuatro meses armar, organizar y ejecutar una campaña presidencial que normalmente debería haber requerido de entre 12 y 18 meses, para tomar la forma que tomó. Si, Kamala ejecutó el milagro. Pero no fue suficiente, estas cosas son así. Requieren no de un milagro, sino de varios milagros todos los días.

Tras su derrota en 2020, el expresidente estadounidense Donald Trump también regresó, intentando conseguir otra victoria electoral. Hoy la gente de Estados Unidos tiene dos rutas marcadas claramente. Después del final de campaña de la Vicepresidenta Harris, los estadounidenses tienen dos fotografías claramente delineadas con dos caminos muy distintos a seguir.

En términos de políticas propuestas, Kamala Harris quiere aumentar la tasa del impuesto corporativo estadounidense al 35%, frente al 21% actual. También se espera mantener los impuestos a los ciudadanos estadounidenses que ganen menos de 400,000 dólares anuales.

Otros aspectos destacados de su política incluyen nuevos créditos fiscales por seis mil dólares para familias con recién nacidos, mayores impuestos a los multimillonarios y un aumento del salario mínimo. Kamala Harris también propuso limitar los precios de los comestibles y dar más poder a los sindicatos.

El viernes se lanzó una amplia campaña a su favor, titulada "Líderes empresariales por Harris". Incluye un sitio web con testimonios de propietarios de pequeñas y grandes empresas que explican por qué Kamala Harris sería la mejor opción para hacer negocios.

En una carta obtenida por la cadena de finanzas por la Televisión CNBC, 88 líderes empresariales actuales y anteriores han expresado su apoyo a la Sra. Harris, y a sus políticas financieras. Esta lista incluye al cofundador de LinkedIn, Reid Hoffman, al multimillonario Marc Cuban y al director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman.

Otros firmantes notables son Roger Altman, fundador y presidente senior de Evercore, Jeff Bewkes, exdirector ejecutivo de Time Warner, y Ken Frazier, expresidente ejecutivo, presidente y director ejecutivo de Merck.

Chad Gifford, ex presidente del Bank of America, y Bruce Heyman, ex embajador de Estados Unidos en Canadá y exdirector gerente de Patrimonio Privado de Goldman Sachs, también están entre los firmantes.

La carta de los empresarios dice:

"Apoyamos la elección de Kamala Harris como presidenta de los Estados Unidos. Su elección es la mejor manera de apoyar la fortaleza, seguridad y confiabilidad continuas de nuestra democracia y nuestra economía”… “Con Kamala Harris en la Casa Blanca, la comunidad empresarial puede estar segura de tener un presidente que quiere que las industrias estadounidenses prosperen".

Donald Trump en las últimas semanas de esta campaña se ha preocupado de aclarar porque le gustan tanto los aranceles. No es que no entienda el concepto de que cobrar un impuesto extra a todo lo que Estados Unidos importa hace las mercancías más caras para los estadounidenses, es una medida inflacionaria. Eso no le importa, lo que quiere es usar a los aranceles como palanca para obtener lo que él quiera de otros países.

En México lo obtuvo fácilmente cuando en menos de 5 minutos, de acuerdo con el mismo Trump, el gobierno mexicano estuvo dispuesto a no solo aceptar a los extranjeros que pedían asilo en Estados Unidos, bajo el llamado programa de 'Remain in Mexico', o 'Quédate en Mexico', sino que también obtuvo el compromiso mexicano, de usar a la entonces recién formada Guardia Nacional como agentes de migración de Estados Unidos en territorio mexicano.

En cuanto a por qué muchos empresarios creen que Harris sería mejor para los negocios, varios de los firmantes de la carta han dicho que: "Los aranceles y las guerras comerciales son ideas terribles para los negocios.

Estados Unidos está dominando en el mundo de la alta tecnología y de Inteligencia Artificial, y así las políticas de Trump en este momento serían terribles para este nuevo dominio tecnológico.

Hoy le puedo informar que varios fundadores y empresarios de Silicon Valley ya se reunieron con Kamala Harris. Hay fuentes que me cuentan que las empresas de tecnología de Estados Unidos han hablado con la candidata demócrata sobre cómo muchos de ellos ven la necesidad de seguir siendo líderes en inteligencia artificial (IA), y de seguir desarrollando tecnologías avanzadas y fabricación. Para eso esos empresarios necesitan saber que el gobierno federal los respaldara, y ven también que, en una empresa de esos vuelos, tendrían que enseñarle a Trump de que están hablando para convencerlo a salirse de sus conceptos tradicionales de hacer negocios.

A una semana del día de las elecciones, la vicepresidenta utilizó el discurso pronunciado desde la Elipse, cerca de la Casa Blanca, para prometer a los estadounidenses que trabajaría para mejorar sus vidas, mientras argumentaba que su oponente republicano sólo lo hace por sí mismo.

Muchos suponían que Kamala Harris, como estaba planeado entregaría nuevas definiciones sobre la democracia. En lugar de ello, pretendió presentar un argumento más amplio sobre por qué los votantes deberían rechazar a Trump y considerar lo que ella ofrece y alentó a la multitud a visualizar sus futuros divergentes en juego el día de las elecciones.

La campaña demócrata lo que espera de la noche del martes 29 de octubre es que eso finalmente ayude a captar la atención de los votantes de los estados clave que siguen sin saber por quién votar, o si están aún cerca de decidir si no votar por ninguno de los dos.

Finalmente, quien no estuvo en este último discurso fue Joe Biden. La campaña de Harris no lo quiere cerca. El hombre que solo tiene una aprobación de 39 % se volvió radioactivo. Si la política es cruel.