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Kamala y Trump en la recta final
A unos días de la gran elección para dilucidar quien será el presidente de Estados Unidos, la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, las encuestas de opinión no han reflejado un claro ganador. (¿Y cómo van a marcar un ganador claro si ella es morena y el anaranjado?, pregunta el autor de este escrito con ánimo de hacer un chiste mamón).
Pero la situación no está para hacer chistes —y menos mamones— cuando está en juego el futuro de la nación del norte que es casi como decir la situación mundial, debido a la hegemonía que todavía ejerce Estados Unidos en el concierto internacional de naciones.
Los sondeos de opinión, tan favorables al empresario neoyorkino cuando iba a enfrentarse al presidente Joe Biden, que tiene más mala memoria que un partidario del PRI —otro chiste del autor un poco menos mamón— cambiaron cuando los demócratas lo sustituyeron por la vicepresidenta Kamala Harris, lo cual generó un gran entusiasmo entre los ciudadanos que, enseguida, se reflejó en las encuestas de opinión.
Según datos del portal FiveThirtyEigth, hace dos semanas, la señora Harris tenía 58% de probabilidades para ganar la elección del próximo 5 de noviembre. Pero el colmillo afilado del hombre que cree que a las mujeres se les toma como si fueran bolas de boliche —este ni siquiera es chiste, sólo es escatología mamona del columnista— logró darle un viraje a la opinión pública y en los últimos días resultó, según la misma agencia consultora, con 52% de la opinión de los electores a su favor.
Pero lo importante a destacar es que en la recta final electoral los resultados de las encuestas cambian cada día, señal evidente de lo reñido que resultarán estos comicios. Hasta el pasado fin de semana la diferencia entre candidata y candidato era de, aproximadamente, dos puntos porcentuales.
Según datos de ABC News del pasado lunes, Kamala Harris tenía 48% de los votos de los encuestados, al tiempo que 46% posicionó como ganador a Donald Trump.
Como siempre que se trata el tema demoscópico se opina que las encuestas sólo son una fotografía del instante y que no siempre aciertan en los resultados de los comicios. Más en el caso de Estados Unidos, donde se utiliza un sistema un tanto cuanto anticuado para elegir presidente: el del colegio electoral, lo que hace más importante la localidad en la que se generan los votos que la cantidad de los mismos. La nación estadounidense se compone de 50 estados, pero sólo un grupo de ellos influye, verdaderamente, en el resultado final de la elección.
Existen los llamados estados péndulo que son los que, finalmente, pueden inclinar la balanza para uno de los contendientes. Estos estados son: —por orden alfabético— Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin. Según el precitado reporte de ABC News de esta semana, en varios de éstos estados sólo hay una diferencia de uno o menos un punto porcentual de diferencia, por lo que está muy difícil predecir quién de los dos antagonistas obtendría los 270 votos que son el mínimo necesario para ocupar la Casa Blanca.
A propósito del colegio electoral, los 270 votos y los estados péndulos, pienso que el policía de la democracia en el mundo, es decir EU, debería mover los péndulos de sus relojes a la velocidad requerida para poner al día su antiquísima democracia indirecta que ha producido que candidatos que obtienen más votos populares, pierdan ante candidatos que obtienen el beneplácito de la mayoría de los 538 miembros del Colegio Electoral. Estados Unidos necesita la vigilancia y la acción de sus agencias, Ejército y Armada, que andan por el mundo componiendo democracias para reparar la suya.
Punto final
Las mujeres jóvenes nos buscan a los hombres maduros porque tenemos valores y principios. Valores financieros y principios de infarto.