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Me preocupa más lo que pase después de la elección
Los ojos del mundo están centrados en lo que pase hoy en Estados Unidos, pero a mí me preocupa más lo que pase después de la elección.
Independientemente de quien gane, las consecuencias durarán años y le darán una nueva forma a un país cada vez más dividido, que confía cada vez menos en sus instituciones y en donde la división cultural hace que demócratas y republicanos vivan en planetas diferentes.
Hasta el momento, las encuestas de salida confirman lo que ya todos sabíamos desde que comenzó la contienda, esta elección va a ser una de las más cerradas en la historia de EEUU y eso siempre implica problemas. Porque hay una mitad que no se siente ganadora pero tampoco representada, y eso en México lo sabemos muy bien.
A nivel nacional y a nivel local, sobretodo en los estados bisagra, la distancia entre Donald Trump y Kamala Harris no va más allá de un punto. Por eso si alguno de los dos candidatos no llegase a reconocer los resultados de la elección, nuestro vecino del norte podría tener su propia versión del 2006 mexicano y eso convertiría a “la tierra de los libres” en un infierno.
De acuerdo con la última encuesta de Gallup los estadounidenses se encuentra empatados con los italianos como los países que menos confían en sus instituciones, de los que forman parte de las economías del G7. Según estos datos, el 65% de ellos desconfían de sus instituciones y esto los pone en un panorama opuesto al que se tenía después de la Segunda Guerra Mundial cuando eran de las naciones que más confiaban.
Lo cual toca de manera colateral su sistema de democracia indirecta en donde el voto popular no es sinónimo de triunfo, porque este lo definen los votos del Colegio Electoral, y muchos estados sienten que sus votos no cuentan igual y con justa razón.
También otro tema importante, es el tema de las divisiones, las divisiones por etnia o estrato económico parecen haber caducado. Hoy prácticamente ningún grupo vota en bloque y esto es porque la nueva división es cultural y educacional, y esto ha llevado a demócratas y a republicanos a vivir en planetas totalmente diferentes.
Así pues mientras para los demócratas el regreso de Trump sería el símbolo del fin de la democracia, para los republicanos el triunfo de Kamala sería sinónimo de inflación. Así que podemos decir, que de cualquier manera hay un sueño americano que se muere.
Inicia la pesadilla y eso va a durar por años, mientras que la elección es tan sólo un día, que si lo comparamos con la historia del país, es tan sólo un segundo, pero un segundo crucial con consecuencias importantes que lo sobrepasarán.
Habrá que conocer a Estados Unidos de nuevo porque el que conocíamos ya se fue y tal parece que el odio no se irá a ningún lado.
Inicia un nuevo capítulo de la historia con el cambio climático causando desastres naturales que traen inestabilidad política, con dos guerras en zonas claves del mundo que le han dado muerte a la integridad territorial, con la globalización convirtiéndose en regionalización y con los nacionalismos convirtiéndose en el antídoto de todo mal.
Por eso me preocupa más lo que pase después de la elección.
El último en salir, apague la luz.
X: @StephanieHenaro