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Opinión

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Los sesgos cognitivos que afectan tus decisiones financieras (Parte 2 de 4)

En la primera parte definimos a los sesgos cognitivos como tendencias mentales que nos llevan a intepretar la realidad de manera distorsionada y a tomar decisiones irracionales o poco objetivas. Mencionamos que esto se ha estudiado desde la década de los 70, a partir de las investigaciones de Daniel Kahneman y Amos Tversky.   

¿Cuáles son los sesgos cognitivos más relevantes?

Sesgo de aversión a las pérdidas

Este sesgo sugiere que las personas tienden a dar más peso a las posibles pérdidas, que a las posibles ganancias. En otras palabras, el dolor emocional que sentimos al perder una cierta cantidad de dinero es mucho mayor que la satisfacción que experimentamos al ganar esta misma cantidad.

Por ejemplo: perder 10,000 pesos suele doler mucho más, que la sensación de bienestar que sentimos al ganar 10,000 pesos.

Esto explica por qué algunos inversionistas se aferran a mantener las acciones que han perdido valor, con la esperanza de que se recuperen, aún cuando la información disponible no sea para nada optimista. En lugar de venderlas, cortar pérdidas y reinvertir ese capital en algo que tiene mucho mayor potencial.

Sesgo de status quo

Este sesgo nos lleva a preferir mantener el estado actual de las cosas, en lugar de asumir cambios, incluso cuando éstos podrían darnos muchos beneficios.

Por ejemplo, muchas personas evitan cambiarse de Afore, de banco, o mover sus inversiones a instrumentos más eficientes y de menor costo, para no salir de su zona de confort.

Sesgo de anclaje

Este es muy interesante. Nuestro cerebro se aferra a la primera pieza de información que recibe.

Por ejemplo: imagina que entras a una tienda porque quieres comprar un nuevo refrigerador. El vendedor te muestra primero un modelo de alta gama que vale 40,000 pesos. Aunque no lo puedas pagar o no te interese, ese precio se convierte en un “ancla” en tu mente.

Cuando el vendedor te muestra uno más económico de 25,000 pesos, te parece mucho más razonable.

¿Sabes qué es lo curioso? Que si hubieras visto primero el de 25,000 pesos, podrías haber pensado que es demasiado caro.

En este ejemplo, el sesgo de anclaje te lleva a sobrevalorar el modelo de 25,000 pesos, porque tu mente, de manera inconsciente, lo compara con el que es más caro. Esto puede hacer que te sientas cómodo pagando 25,000 aunque en realidad no sea el mejor valor para tu dinero.

Los comercios son expertos en aprovechar este sesgo de anclaje. Muchas ofertas están diseñadas de esta manera. Si te dicen que el precio original es de 1,000 pesos pero con el 30% de descuento sólo pagarás 700 pesos, te puede parecer un gran valor aunque no sea así.

Este sesgo también se encuentra en las inversiones. Si vemos que una acción se está cotizando en 200 pesos, tendemos a considerar ese precio como un “ancla” y evaluar las fluctuaciones posteriores en relación con ese valor, en lugar de analizar el valor real de manera objetiva. Podemos sentir que una acción que ha bajado de precio está “barata” cuando en realidad inicialmente estaba sobrevaluada.

Sesgo de exceso de confianza

Este sesgo nos lleva a creer que tenemos más control sobre los resultados de nuestras decisiones de lo que realmente tenemos. En otras palabras, tendemos a sobrestimar nuestras propias habilidades. Creemos que somos mejores de lo que realmente somos.

Por ejemplo, según un estudio de la Universidad de Princeton, 93% de los conductores estadounidenses piensan que manejan mejor que el promedio de la gente. De la misma forma, un estudio de la revista Journal of Financial Economics encontró que 70% de los inversionistas individuales piensan que sus habilidades son mejores a la media.

Este sesgo claramente nos puede llevar a asumir riesgos excesivos y a una mala planeación.

Continuaremos con más sesgos y reflexiones en la tercera parte.

Ejecutivo de alto nivel en seguros y reaseguro con visión estratégica de negocio, alta capacidad de liderazgo, negociación y gerencia. Además es columnista de Finanzas Personales en El Economista, Coach en Finanzas Personales y creador de la página planeatusfinanzas.com

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