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Sheinbaum y Trump

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OpiniónEl Economista

Hasta el momento, Donald Trump ha resultado ser el mejor amigo de Claudia Sheinbaum y de la 4T, no la espada justiciera que muchos mexicanos de oposición esperaban. Los continuos ataques a México han permitido a la presidenta construir un discurso nacionalista de unidad difícil de eludir. O estas con ella y lo que representa o eres un traidor a la Patria y cercano a Trump. 

Esta situación le ha permitido a la primera mujer en la silla presidencial lograr niveles de popularidad que AMLO nunca alcanzó. En algunas encuestas supera los 70 puntos y ha llegado hasta los 85, para enojo de sus detractores que semana a semana esperan su derrumbe.

Trump ha tratado mal a todo el mundo: europeos, canadienses, panameños, chinos, ucranianos, etc. Sus víctimas favoritas son el primer ministro Trudeau y el presidente ucraniano Zelensky. Al primero insiste en llamarlo gobernador de Canadá, aludiendo a su propuesta de que ese enorme país se convierta en el Estado 51 de la Unión Americana. Con justa razón, este hecho ha sido muy mal recibido por los canadienses.

Con Claudia Sheinbaum ha sido extrañamente cortés. Al referirse a ella ha dicho que es inteligente y dispuesta a cooperar en los asuntos que interesan a la seguridad de los Estados Unidos. No es poca cosa.

Cuando el pasado 4 de marzo el señor de la Casa Blanca decidió llevar adelante la aplicación de los aranceles, Canadá y México reaccionaron de manera diferente. Trudeau, en un tono duro, aseguró que en respuesta su país le impondría aranceles a los productos estadounidenses. Sheinbaum respondió en un tono más suave. Dijo que no estaba de acuerdo con los aranceles y que le parecían injustos.

Pero la presidenta ha hecho algo más. Ha convertido un tema comercial en un asunto político. Ha dicho que los aranceles son un ataque a nuestro país; con ellos se intenta vulnerar nuestra independencia y soberanía. “A México se le respeta”, ha repetido en varias ocasiones. El expediente nacionalista siempre resulta en una situación como esta y sobre todo viniendo de los gringos los “ataques”. Trump ha hecho lo mismo, los aranceles, su oferta de anexarse Canadá, comprar Groenlandia o regresar a controlar el Canal de Panamá son actos de poder. Claudia juega al mismo juego en un nivel distinto.

En lo personal y a contrapelo de la mayoría de las opiniones que he escuchado y leído, su propuesta de hacer un mitin en el Zócalo el próximo domingo fue una buena idea. Ese 4 de marzo no impuso aranceles, sino que convocó a la plaza para “tomar una decisión con el pueblo”. ¿Demagogia pura? Desde luego, pero la idea está sacada del viejo manual del PRI: hacer un acto de unidad ante la amenaza gringa. Las oposiciones exigieron que no respondiera con eso, que impusiera aranceles de regreso.

Con esto, las oposiciones nos dieron otra muestra de cómo se automarginan. Todos los gobernadores, las organizaciones empresariales, los sindicatos y la mayoría de los medios se sumaron a la posición de Sheinbaum. Quién dice que ese evento no sirve, ignora que lo peor que le podría pasar a la presidenta es no tener un gran apoyo interno.

La apoteosis llegó ayer, 6 de marzo. Luego de una llamada con el presidente Trump, la presidenta anunció que había conseguido un mes más sin aranceles. Un triunfo menor si se quiere, pero que no ha logrado nadie más. Inclusive, Trump difundió un comunicado elogioso para ella.

Creo que Trump ha usado los aranceles como un garrote, pero en el fondo sabe que en el mediano plazo perjudicarán su imagen, que es lo que más le importa. Cedió en su idea de poner aranceles por el momento porque su popularidad está cayendo y muchos empresarios le han señalado la gravedad del tema. Hay varias explicaciones, pero en México quien cosechó esto se llama Claudia Sheinbaum.

No sabemos qué pasará en el futuro. Tal vez en abril se impongan los aranceles y hasta existan incursiones de drones armados en territorio nacional, probablemente comience a tratar mal a la mandataria mexicana. No lo sé, pero no lo creo. Lo que sí creo es que Trump le está dando al gobierno de la 4T una enorme excusa para justificar su fracaso económico. Así como AMLO le echó la culpa de su fracaso económico a la pandemia y la crisis por la guerra Ucrania-Rusia, Sheinbaum podrá hacer lo mismo.

López Obrador le heredó al país una enorme deuda y un gran déficit, obras que no despegan, no son útiles y hay que mantener. Dejó una economía maltrecha, un país ensangrentado, un peor sistema de salud y un nivel educativo muy bajo. El año 2025 comenzó mal, con amenazas de recesión y sin asomo de nearshoring.

Ahora hay alguien a quien culpar. Donald Trump puede ser el amigo americano de la 4T.

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