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Opinión

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Trabajo adicional para la Reserva Federal

@campossuarez

@campossuarez

El daño está hecho y lejos de festejar la euforia de un solo día en los mercados bursátiles, hay que entender que, por más treguas de 90 días, ya cambió la trayectoria económica y es posible que haya cambiado el paradigma del libre comercio para, al menos, la siguiente generación.

Hasta hace muy poco tiempo la atención se centraba en la velocidad de la desinflación con una economía resiliente que podría tener alguna desaceleración, pero muy lejos de una recesión.

La atención estaba puesta en el ritmo de baja en las tasas de interés que le imprimiera la Reserva Federal (Fed) para evitar que alguna presión remanente provocara que la inflación volviera a sufrir presiones.

El monitoreo de los niveles inflacionarios y el comportamiento de la nómina no agrícola apuntaba a que la Fed tenía margen para llevar con calma el descenso de la tasa referente. La estimación era de sólo dos bajas en este 2025.

Pero entonces Trump lo cambió todo, Estados Unidos está hoy en el caos bursátil y, peor que eso, el mercado de Bonos del Tesoro entró en una espiral de ventas que presionó las tasas al alza y demostró que se perdía la confianza en ese refugio financiero.

En la economía de carne y hueso, el dato inflacionario y su baja hasta 2.4% anual de la inflación general en marzo pasado, lejos de alegrar a los mercados, los alertó por parecer una señal de desaceleración económica.

Se trata de un dato previo al terrible mes de abril y ya dejaba ver los temores por los efectos de los aranceles de Donald Trump.

Entre los canarios en la mina que adelantan una contracción económica están las líneas aéreas que, entre las grandes pérdidas bursátiles, han tenido contracciones en el precio de sus acciones literalmente desde la toma de posesión de Donald Trump.

Los precios del petróleo adelantan también una baja en la demanda, algo que, de hecho, contribuyó a la baja en la inflación del pasado mes de marzo.

Ahora, el banco central de Estados Unidos tendrá que valorar los dos impactos: el de la baja en el consumo por los temores que genera Trump y las eventuales presiones inflacionarias por los aranceles, como ese demencial 145% a los productos originarios de China.

Horas extra de trabajo para Jerome Powell y el resto del Comité de Mercado Abierto que tienen que equilibrar el nivel de las tasas con el esperado deterioro en el mercado laboral.

Podría la Fed optar por esquemas de estímulos de liquidez en el mercado de dinero a la par que incrementa la frecuencia de sus bajas en las tasas. Pero si las presiones derivadas de los sobreprecios a las importaciones son muy altas, tendría que apretar sus restricciones monetarias.

En fin, el escenario que plantea el futuro de la economía estadounidense no es fácil, sobre todo porque no hay vuelta atrás en las políticas comerciales de Donald Trump.

Porque aún en el escenario de que el Presidente de Estados Unidos recibiera un haz de luz que lo hiciera reflexionar sobre su nivel de autodestrucción, el mundo ya vio que hoy ese país puede resultar tan poco confiable como cualquier nación con democracias incipientes.

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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