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Trump 2: El fin del mundo
“Ahora me doy cuenta que es un fascista hasta la médula. Él (Donald Trump) es la persona más peligrosa de este país”, general Mark Milley.
Me da la impresión de que en México subestimamos el peligro de una segunda presidencia de Donald Trump. Sobre todo en el sector privado analizamos la situación con la mirada hacia atrás, como si fuera un nuevo capítulo de una serie cuyos personajes ya conocemos y con un tramo enfocado en la revisión del T-MEC. Lamentablemente, todo indica que una segunda presidencia de Trump no será más de lo mismo, sino mucho peor. Trump pone en riesgo no solamente a la paz interna de EU, sino a la paz mundial.
La economía estadounidense está en excelente salud. De hecho, The Economist dedica su más reciente revista a la resiliencia de la economía más grande del mundo. La inflación va a la baja, el empleo y los salarios aumentan y el país lleva la batuta en las nuevas tecnologías en varios sectores. No cabe duda que México se beneficia de la salud económica de EU.
Si gana la presidencia, Trump tiene la ignorante idea de aplicar aranceles no solamente a China, sino a todos los socios comerciales. Él considera que los demás países han abusado de EU y que ha llegado la hora de vengarse. Este plan proteccionista aumentaría la inflación, disminuiría el poder adquisitivo de los estadounidenses y podría causar una recesión global. En resumen, es una pésima idea y una que ayudó a detonar la Gran Depresión en su momento.
Gracias al colegio electoral –un sistema poco democrático– es altamente probable que si gana Trump el 5 de noviembre, lo hará con menos votos que Kamala Harris, como sucedió en 2016 cuando Hillary Clinton perdió la elección, pero recibió 2 millones de votos más que él. Hay estados como California –la quinta economía más grande del mundo– que se verán forzados a desafiar al gobierno federal para proteger a la ciudadanía que no votó por la ultraderecha. Es una receta para la ingobernabilidad.
Si gana Trump, EU definitivamente perderá su liderazgo internacional con implicaciones de largo alcance, sobre todo para Europa. Trump ha dicho que resolverá la guerra en Ucrania en 24 horas y le creo. Él admira a Vladimir Putin y tiene una buena relación con el dictador. Trump terminará la guerra al entregar Ucrania a Rusia. Según Putin ¿qué otro país también forma parte del imperio ruso? Pensar que él parará después de tomar Ucrania es ingenuo.
Trump ha cuestionado el valor de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y ha insultado a los miembros aliados de EU en múltiples ocasiones por no pagar “su tajada justa” para financiar la seguridad. Con él en la Casa Blanca, Europa estará sola y tendrá que armarse hasta los dientes.
¿Y China? Han de estar riéndose a carcajadas en Beijing. Para ellos, la situación política actual de EU les conviene, y mucho. Después de poner en entredicho la protección militar de Taiwán en julio, hace unos días Trump metió la reversa y afirmó que China nunca se atrevería a invadir a Taiwán si él fuera presidente porque “Xi me respeta y sabe que soy f..ing crazy”. Este tipo de diplomacia genera grandes riesgos para la paz mundial.
La implicación para México va mucho más allá de un tema comercial y afecta a la diáspora mexicana que también forma parte de nuestra nación. Trump ha utilizado la xenofobia como el combustible de odio que impulsa a su base, y él promete expulsar a más de 10 millones de personas que viven en EU sin documentos oficiales. Muchas de estas personas son mexicanas y contribuyen con su trabajo al éxito de EU y a la economía mexicana a través de sus remesas. No queda claro cómo Trump lograría una operación de tal magnitud, pero de que será violenta y cruel, sin duda.
Durante su primera presidencia, Trump contempló la idea de bombardear a México como una estrategia para atacar a los carteles. Más recientemente él ha sugerido mandar fuerzas militares especiales (“kill squads”) al país. Con las implicaciones que esto conlleva para la soberanía de México, la revisión del T-MEC de repente parece un asunto menor.
El resultado de la elección presidencial de EU definirá destinos mucho más allá de sus fronteras. Globalmente enfrentamos desafíos sociales, medioambientales y bélicos que requieren trabajo en equipo, diálogo y soluciones basadas en la ciencia. Bajo una presidencia de Trump, el mundo se volverá más violento y caótico, y las soluciones a los problemas más apremiantes también estarán aún más lejanas. Lamentablemente, el fin del mundo como hoy lo conocemos es posible.