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Aplausos y caras largas a las bromas
El foro público de Calderón en el Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson, se convirtió en el evento más codiciado entre los expertos en temas México-EU y la comunidad mexicana en Washington.
El foro público del presidente Felipe Calderón en el Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson, se convirtió en el evento más codiciado entre los expertos en temas México-Estados Unidos y la comunidad mexicana en Washington. Casi de inmediato se agotaron los 625 lugares disponibles en el auditorio. Horas antes del evento ya había más de 300 personas en lista de espera y cientos que no habían logrado siquiera colocarse en dicha lista.
Calderón fue recibido por Jane Harman, presidenta del Centro Wilson y ex diputada por California en el Congreso quien lo presentó como un líder valiente .
El presidente mexicano se sintió como en casa y se alejó de leer un discurso. Se comunicó con su audiencia en inglés y bromeó en varias ocasiones. Se refirió a México como una democracia vibrante, con claros avances en economía, educación y salud. Dejó en claro que México no es lo que se lee en las noticias, sino un país próspero donde producir refrigeradores cuesta ocho dólares menos que en China .
En el único momento solemne del discurso, ofreció condolencias por la muerte del agente estadounidense Jaime Zapata, calificando a sus asesinos como despiadados. Otro de los logros que presumió fueron reformas importantes en el sistema de pensiones de funcionarios públicos. Rio un poco al decir que una de las estrategias exitosas fue desaparecer a Luz y Fuerza. Al final de su discurso, recibió una ovación de pie por gran parte del auditorio. Pocas personas permanecieron sentadas.
Siguió la parte de las preguntas. La última fue sobre la guerra contra el narcotráfico. Calderón afirmó que lo que se lee en los periódicos o en Internet no refleja la realidad del país. Se basan sólo percepciones erróneas , dijo.
Calderón culpó a los gobernadores de no hacer su parte y bromeó nuevamente cuando dijo que son como un esposo que tiene unos trabajadores en la cochera de la casa: primero les da un sándwich, luego reciben algo de dinero y, para cuando se da cuenta, ya están en su alcoba y su cama. De nuevo, el auditorio soltó una carcajada. El Presidente finalizó su intervención con otra ovación de pie. Los mexicanos presentes permanecieron en silencio y sentados.
Al final de la exposicón, los mexicanos afuera del auditorio comentaban el país descrito por Calderón y se preguntaron con sarcasmo: Es muy bonito ¿Por qué no nos regresamos?
Se inconformaron porque no hubo mención a los mexicanos muertos. El único deceso que el Presidente lamentó ayer, fue el del agente estadounidense.