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CDHDF propone legalizar algunas drogas
El ombudsman capitalino, Luis González Plascencia consideró que las posibilidades del Estado para enfrentar a la criminalidad organizada, son limitadas y contraproducentes.
El presidente de la CDHDF, Luis González, se pronunció por la regularización del consumo de algunas drogas, desde una visión del consumo libre, responsable y justo.
El defensor capitalino precisó que desde la visión de los derechos humanos se requiere un replanteamiento radical sobre la cultura del consumo libre, responsable y justo de algunas sustancias.
Llamó a "buscar en el individuo la solución a las consecuencias del mercado ilegal, tanto como a aquellas negativas que se desprenden del mercado legal", así como a colectivizar los intereses de las personas a través del mercado en su calidad de consumidores.
González Placencia consideró que las posibilidades del Estado para enfrentar a la criminalidad organizada, 'aún con el recurso de la violencia legal extrema, son limitadas y contraproducentes'.
En la situación actual, planteó, se precisa el fin de una política criminal para dar paso a la acción social, 'ir más allá del combate al delito y pensar más en reducir la violencia fáctica, legal y estructural'.
En la interacción individuo-Estado-mercado existen paradojas que contribuyen a perpetuar y a hacer funcionable el comercio ilegal de drogas, a través de un ineficaz control penal, con la consecuente degradación de los derechos ciudadanos, que mediatizados quedan reducidos a una condición de público consumidor, expuso.
Advirtió que para las bandas criminales "un policía, un fiscal, un secretario de Estado, un juez o un gobernador cooptados son, cada uno a su nivel, nuevos socios de la empresa; en caso contrario, son un factor de encarecimiento que hay que eliminar para mantener el proceso competitivo".
De acuerdo con el ombudsman capitalino, una ley antidrogas puede funcionar paradójicamente como un regulador del mercado ilícito, creando y fomentando la competencia entre los carteles.
En este caso, aseveró, "la marginalidad del mercado negro es condición para la ausencia de reglas claras de competencia, lo que maximiza la violencia y minimiza el control sobre la corrupción".
La ausencia de límites, afirmó, es la principal característica de la criminalidad, pues "la capacidad para concentrar poder económico, bélico y político es también poder efectivo de negociación ante los competidores o ante quienes obstaculizan su crecimiento".
/doch