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Política

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Chiapas refleja un círculo vicioso de pobreza y su uso clientelar

El triunfo del partido del gobernador y sus aliados genera sospechas sobre el uso clientelar de los programas sociales, plantea.

En Chiapas, 76.2% de la población es pobre y 31.8% es extremadamente pobre. ¿Cómo el estado más pobre del país puede dar su voto masivamente al partido que lo gobierna? Ese es uno de los temas que llama la atención del economista Gerardo Esquivel. Las condiciones de pobreza permiten la manipulación política de una parte significativa de la población, responde.

Chiapas tiene comunidades marcadamente vulnerables que dependen de manera significativa de los recursos públicos, lo cual, aunado al uso clientelar de los programas sociales, contribuye a generar ese círculo vicioso que permanecerá si se siguen fomentando este tipo de acciones con fines electorales, plantea Esquivel.

En entrevista, el investigador de El Colegio de México (Colmex) expuso que si se siguen realizando prácticas en las que el poder político aprovecha la situación de desventaja de la comunidad para tener beneficios de tipo político, se puede derivar en un esquema de clientelismo, asistencialismo y dependencia que no ayudará a que las comunidades salgan de la situación de desventaja en la que se encuentran.

Gerardo Esquivel plantea dos posibles respuestas al arrastre del partido del gobernador Manuel Velasco en las elecciones del pasado 7 de julio: que la gente premió una buena administración, pero en este caso no necesariamente parece ser así ; la segunda, hubo un uso clientelar de los programas sociales, lo cual parece ser ocurrió .

Todo parece indicar que lo que aconteció fue que los programas sociales se vincularon al apoyo electoral que tuvo el gobernador en las urnas, dadas las condiciones socioeconómicas, niveles educativos y las necesidades de una parte importante de la población chiapaneca. Un caldo de cultivo propicio para desarrollar dichas prácticas.

Destacó que si bien no se cuenta con elementos para comprobar que eso ocurrió, debería de tomarse en cuenta.

No deja de sorprender que, efectivamente, los niveles de participación y de apoyo a ciertos partidos sean tan elevado, cuando en otros momentos históricos en Chiapas y en otras regiones del país, actualmente parece ser que hay mucha más pluralidad de lo que ocurre en esa zona del país, abundó.

El especialista destacó que en esa entidad hay un problema de concentración de la riqueza, así como del poder económico y político, lo cual expone una combinación muy peculiar. Además se observó un crecimiento muy significativo de partidos políticos estatales vinculados al gobernador, entre ellos uno que lleva un nombre muy parecido al que se usa en la política social: Chiapas Unido (dirigido por el ex presidente de la Fundación Manuel Velasco Suárez), parecido al nombre del programa Chiapas nos Une.

Situaciones como ésta, así como la concentración del poder político y económico se interrelacionan para dar lugar a una situación que parece un extraordinario apoyo popular, cuando en realidad puede ser un uso clientelar de los recursos económicos y políticos al alcance del gobierno estatal.

Esquivel planteó que en la medida que situaciones como ésta sigan ocurriendo, los gobernantes no tienen ningún incentivo para cambiar su comportamiento, en este caso el gobernador Velasco, porque si el actuar de esta manera lo reditúa políticamente, me parece que no se generan los incentivos para cambiar las políticas .

diego.badillo@eleconomista.mx

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