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Política

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Empleos con mayor participación de mujeres, sin reactivar

En algunos países, durante la pandemia se implementaron medidas para trabajadores del sector salud, como servicios educativos y de guardería abiertos, explicó Landy Sánchez, del Colmex.

Foto EE: Eric Lugo

Foto EE: Eric LugoFoto EE: Eric Lugo

Expertas coincidieron en que la reapertura gradual de actividades económicas tras la emergencia sanitaria por Covid-19 tiene efectos diferenciados en hombres y mujeres según sus ocupaciones, lo que ha evidenciado la discriminación laboral.

Desde el 1 de junio se incluyeron a las actividades esenciales el sector de la construcción, minero y automotriz; sin embargo, son áreas en las que se desempeñan hombres, de manera mayoritaria, mientras que servicios que involucran interacción personal, como turismo y educación, en los cuales las mujeres ocupan gran espacio, serán los últimos en normalizarse.

Entrevistada por El Economista, la profesora del Colegio de México, Landy Sánchez, explicó que al estar segregada la participación laboral entre hombres y mujeres, se verán de manera distinta las afectaciones tanto en las decisiones como en las oportunidades.

“Depende de la concentración de las mujeres en cierto tipo de trabajos que están suspendidos o han pasado por condiciones particularmente problemáticas, por ejemplo, las mujeres suelen estar concentradas en educación, siendo esta área la que regresará a la normalidad en mayor tiempo”.

La investigadora señaló que hasta el momento no se ha anunciado una estrategia para apoyar a las mujeres que continúan encargándose de los servicios de cuidado no remunerados, ni se ha propuesto un apoyo para aquellas que son jefas de familia y reanudarán actividades laborales antes del regreso a clases (en agosto).

“En el caso de las mujeres se ha mostrado de manera muy contundente la carga de trabajo de cuidado de niños, adultos mayores y enfermos, así como del hogar, lo cual es un determinante en su baja participación laboral”.

Explicó que en algunos países durante la pandemia se implementaron medidas específicas que garantizaban que para las y los trabajadores del sector salud o de la industria alimentaria estaban abiertos los servicios educativos y de guardería.

La académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ana Escoto, agregó que las mujeres deben compaginar su trabajo de cuidados con la capacidad de poder ingresar al mundo laboral.

Recordó que de acuerdo con la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), publicada el pasado 1 de junio, la tasa de participación de las mujeres estaría en la cifra más baja: en 36 por ciento.

“No se trata de que los hombres no sean golpeados por las crisis, pero sí hay una buena parte de carga de trabajo que absorben las mujeres y sin duda esta es una discriminación más”, dijo la académica.

Respecto de las soluciones que se deberían considerar, puntualizó que dentro de las empresas debe planearse una reorganización de las estructuras productivas, y se deben realizar cambios en el tiempo de las trabajadoras ante el aumento de las responsabilidades dentro de los hogares.

Previó que pueden incrementarse los despidos de las mujeres de sus empleos, y alertó que tendrán menores opciones para reintegrarse.

Agregó que el sector informal, en el que hay gran participación femenina, es el más afectado por la falta de seguridad social y de ingresos debido a la suspensión laboral por la pandemia.

“Hay que considerar las implicaciones que esto puede tener en la autonomía de las mujeres al no tener ingresos, ya que para muchas el tener una entrada de recursos significa posicionarse dentro de las relaciones del hogar de manera equitativa, por ello las políticas deben de ir en una conciliación del trabajo de cuidados y su ocupación laboral”.

marisol.velazquez@eleconomista.mx

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