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Esperan día y noche ?la entrega de sus hijos
Bertha vivió 14 años en el albergue La Gran Familia, la abandonaron cuando tenía escasos 10 años y quedó bajo la tutela de Mamá Rosa. Rosa del Calmen Verduzco fue su madre sustituta por varios años, hasta que se embarazó dentro del albergue y dio a luz a una niña.
Bertha vivió 14 años en el albergue La Gran Familia, la abandonaron cuando tenía escasos 10 años y quedó bajo la tutela de Mamá Rosa. Rosa del Calmen Verduzco fue su madre sustituta por varios años, hasta que se embarazó dentro del albergue y dio a luz a una niña. Luego de tres meses de haber parido, cuenta la mujer, Verduzco la echó a la calle, bajo la mentira de ir por un atole y un tamal, la sacó de la casa hogar y jamás la dejó ver a la pequeña.
Bertha afirma que en varias ocasiones regresó al albergue; sin embargo, fue amenazada con ser golpeada o encarcelada si insistía en exigir a su hija, quien fue registrada con los apellidos Verduzco Verduzco.
Trece años tuvieron que pasar para que Bertha y su hija se reencontraran; la primer palabra que Bertha recibió de la menor fue el reproche del abandono, cuenta con voz entrecortada.
Este miércoles, su hija conoció a sus dos medios hermanos, quienes, tímidos, se acercaron para abrazarla y decirle que la quieren con ellos en casa. La menor los abraza con pena, nunca había sentido el afecto de algún familiar de sangre, aunque, reconoce, hizo amigos dentro del albergue: Ojalá que les vaya bien. Muchos no tienen a nadie y yo ya encontré a mi mamá y ahora también tengo a dos medios hermanos , menciona.
A diferencia de sus pequeños hermanos, Margarita, de 13 años, con actitud muy cohibida, asegura sentirse contenta porque ya conoce a su familia, además, ya no va a recibir golpes y castigos, era muy fea la vida en el albergue , llora y ya no puede seguir hablando.
Ahora quiere seguir estudiando, desea viajar, conocer lugares, y sobre todo jamás volver a ser golpeada ni maltratada.
Bertha comenta que aún no puede llevarse a Margarita, quien todavía permanece en el albergue, sin embargo, todos los días va a verla y convive con ella. La abraza y le da cariño, un cariño que lo contuvo durante 13 años.
Dulce, una joven de 19 años, estuvo bajo el cuidado de Mamá Rosa , por 10 años. Llegó ahí por mal comportamiento. Su madre, Lupita, pasó seis días y noches frente al albergue, no se movió hasta que el martes 22 las autoridades le entregaron a su hija.
Dulce se siente desconcertada, no recuerda a su familia, pero asegura que está feliz porque sabe que regresó con los suyos y ahora nadie la encerrará, ni la lastimará, como lo hicieron por nueve años.
Pide el PRD en la ALDF
MÁS ACCIÓN Y MENOS DISCURSO ?OFICIAL EN TEMA DE ALBERGUES
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la ALDF urgió al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y a Laura Vargas Castillo, directora del DIF nacional, a dejar el discurso y cumplir el compromiso de verificar casas-hogar, orfanatos y casas de cuna de todo el país, así como a documentar un censo real de población recién nacida, infantil, adolescente y tercera edad para no repetir actos de vergüenza e indignación.
Los legisladores perredistas Esthela Damián, Efraín Morales, Daniel Ordóñez y Carlos Augusto Morales insistieron en que el albergue La Gran Familia, en Michoacán, es un llamado de alerta al DIF, debido a que ellos mismos canalizan internos a diversos centros.
Los legisladores locales y federales criticaron la falta de interés que ha mostrado hasta ahora la directora del DIF ante el caso del albergue dirigido por Rosa del Carmen Verduzco, ya que ni siquiera ha hecho un pronunciamiento público acerca de los niños hallados en dicho albergue ni sobre cuál va a ser su futuro.
Recordaron al gobierno federal que nuestro país firmó un compromiso internacional y debe respetar la defensa del denominado compromiso Modalidades alternativas de cuidado de los niños , que emitió la ONU en el 2009 a efecto de garantizar la seguridad y protección de los infantes.
Lo que obliga a las autoridades responsables a realizar una evaluación profesional y certera cuando los tiempos obliguen a la reintegración del niño en su familia, el cual debe ser un proceso gradual y supervisado, acompañado de medidas de seguimiento, apoyo que tome en cuenta la edad del pequeño, necesidades, desarrollo evolutivo y causa de la separación . (Rubén Torres)