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Poder político en Guerrero, desaparecido como Aguirre
Desde la toma de varias alcaldías, nadie en el estado sabe dónde despachan los gobiernos estatal y algunos municipales; los trámites están suspendidos.
Que el palacio de gobierno de Guerrero sea un esqueleto habitado de escombros, de los que aún sale humo, tal vez sea la metáfora perfecta de la situación en esta entidad que vive horas de desolación y de un gobernador, Ángel Aguirre, escondido donde sólo él y su equipo más cercano dicen que despachan.
La desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, y la muerte de otros tres a manos de policías municipales ocurrida el pasado 26 de septiembre, hizo rugir al león lastimado por la violencia extrema: asesinatos, secuestros y extorsiones que, de acuerdo con Pioquinto Damián Huato, empresario estatal, ex líder de la Cámara Nacional de Comercio en Guerrero, son responsabilidad de una administración estatal que cogobierna , dice, con el narcotráfico.
El viernes pasado una parte del PRD, encabezado por la corriente liderada por Los Chuchos, dio su apoyo a Aguirre para que siga en el cargo pese a las manifestaciones multitudinarias que piden su salida por la desaparición de los 43 estudiantes y por no cumplir con una de sus principales funciones que la Constitución le mandata: brindar seguridad a sus gobernados.
Sin embargo, en los hechos, el poder Ejecutivo estatal y de varias alcaldías ya no existen desde el lunes 13 de octubre cuando, ante el asombro nacional, el palacio de gobierno estatal fue incendiado por integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg) y familiares de los desaparecidos en demanda de que los regresen con vida.
Ese mismo día fue tomado el palacio del ayuntamiento de Chilpancingo. A la fecha ambos siguen cerrados, en ellos no hay ningún empleado trabajando; en consecuencia, desde ese día están suspendidos todos los trámites y servicios que se resuelven desde ahí.
La toma de ayuntamientos sigue prácticamente a diario y así seguirá hasta tener el control de los 81 que componen el estado, dice Manuel Salvador Rosas Zúñiga, integrante de la comisión política de la Ceteg.
A este día el movimiento creado a partir del ataque a los normalistas ya tiene el control de manera indefinida de los ayuntamientos de San Luis Zacatlán, Chilapa de Álvarez, Xochihuehuetlán y Tlapa de Comonfort; en este último también tomaron las oficinas del ministerio público y de la Secretaría de Salud.
De manera temporal tomaron los ayuntamientos de Ometepec y Unión Isidro Montes de Oca, esto por la inseguridad.
Aguirre está jugando a que los poderes siguen funcionando en oficinas alternas, pero la realidad es que no están al alcance de los ciudadanos porque nadie sabe en dónde están trabajando, si es que están trabajando , dice Rosas Zúñiga.