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Política

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Sin avance en la investigación del caso Acosta Chaparro

Fuentes de la Procuraduría capitalina recaban testimonios y aplican pruebas periciales en busca de indicios. En las próximas horas podrían solicitar apoyo federal para dar con el asesino.

A 48 horas de que el general en retiro, Mario Arturo Acosta Chaparro Escapite, fuera asesinado por un solitario gatillero dentro de un taller mecánico de la colonia Anáhuac, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) aún no cuenta con avances en la indagatoria, si bien continúan los interrogatorios y la aplicación de pruebas periciales.

Fuentes de la PGJDF comentaron que en esta semana se realizará una reconstrucción de hechos, después de que se constate y verifique la declaración de tres testigos que presenciaron el homicidio, entre ellos, el responsable del taller, con quien Acosta Chaparro conversaba en el momento justo en que recibió los disparos.

Hasta el momento, las procuradurías general de la República (PGR) y de Justicia Militar (PGJM) no han intervenido en la investigación, pues el asesinato es un delito del fuero común, por lo que la Procuraduría capitalina, Servicios Periciales y el Servicio Médico Forense (Semefo) encabezan la indagatoria.

Sin embargo, no se descarta, comentó la fuente, que en las próximas horas se solicite el respaldo federal para poder llegar a los responsables del asesinato del general Acosta Chaparro Escapite, quien tenía 70 años.

El General en retiro había sido víctima, en el 2010, durante el secuestro de Diego Fernández de Cevallos, de otro atentado en la colonia Roma-Condesa, en el cual fue lesionado por arma de fuego. Entonces, el militar sobrevivió y se estableció que el ataque había sido un intento de robo.

Ahora se trata de establecer a qué se dedicaba el General y comprobar el motivo de su presencia la tarde del viernes en el taller de la colonia Anáhuac, debido a que había llevado a reparar otro vehículo de su propiedad.

La necropsia de ley que le fue realizada en el Semefo reveló que falleció a causa de los tres impactos de bala que recibió. Su cuerpo fue entregado la tarde del sábado a su familia, que determinó celebrar las exequias de manera privada en una capilla de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Esa dependencia fue la que en el 2000 consignó al General ante autoridades federales bajo el señalamiento de haber protegido al Cártel de Juárez; cargos de los que resultó exonerado en el 2005.

Tres años después, en el 2008, el militar recibió una condecoración y un reconocimiento por más de 45 años de servicio en el Ejército.

rtorres@eleconomista.com.mx

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