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Temerosos mexicanos se ponen chips GPS
De todas las extrañas circunstancias que rodearon el violento secuestro de Diego Fernández de Cevallos, tal vez ninguna sea tan rara como el misterioso dispositivo de localización que sus secuestradores presuntamente le arrancaron del brazo.
Querétaro. De todas las extrañas circunstancias que rodearon el violento secuestro de Diego Fernández de Cevallos, tal vez ninguna sea tan rara como el misterioso dispositivo de localización que sus secuestradores presuntamente le arrancaron del brazo.
Según morbosas narraciones periodísticas, un grupo armado penetró en la residencia de Fernández de Cevallos, abrió su brazo con un par de tijeras y extrajo el dispositivo satelital, dejando tras de sí el chip y rastros de sangre.
Fernández fue liberado siete meses después sin mayores explicaciones, pero los escabrosos detalles de su involuntaria cirugía no han desalentado a miles de alarmados mexicanos de tratar de adquirir chips de localización similares, incluyendo productos de dudosa calidad, mientras se multiplican los secuestros en el país.
Dispositivos que se colocan bajo la piel se están vendiendo en miles de dólares, con la promesa de que son capaces de ayudar a ubicar a una víctima de secuestro. El chip transmite la señal a una unidad GPS del tamaño de un celular y aun cuando los secuestradores retiren el chip se puede localizar al cliente mediante señales dirigidas al implante. Sin embargo, muchos científicos dudan de la efectividad de los dispositivos.