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Tradición de asilo político en México
La tradición de asilo en el país comenzó en 1853, cuando firmó, junto con Colombia un tratado de no extradición por delitos de políticos.
México ha concedido asilo político a líderes de diferentes regiones del mundo y pensamiento ideológico.
La tradición de asilo en el país comenzó en 1853, cuando firmó, junto con Colombia un tratado de no extradición por delitos de políticos.
En distintos momentos los gobiernos mexicanos han recibió bajo la misma condición de asilo a una larga lista de personalidades del mundo la política, activistas de derechos humanos, artistas, ex presidentes.
Éstos son algunos de los casos más relevantes:
Evo Morales Ayma
El 12 de noviembre pasado llegó a la Ciudad de México el expresidente de Bolivia. México le ofreció asilo un día antes ante las manifestaciones que se registraron después de las elecciones presidenciales del 20 de octubre.
Ricardo Patiño
El excanciller ecuatoriano llegó a México el 17 de abril de 2019 para solicitar asilo político. El gobierno de Lenín Moreno lo acusó por el delito de instigación (a la violencia) y solicitó a la Interpol una orden de captura en su contra. El 2 de septiembre el gobierno mexicano reconoció que Patiño era un perseguido político y le concedió asilo.
Rigoberta Menchú
La defensora de los derechos humanos de origen maya quiché se exilió en México en 1983 cuando ocurría la guerra civil guatemalteca. El pasado 12 de noviembre la guatemalteca expresó a través de su cuenta de Twiiter su agradecimiento al gobierno mexicano por otorgarle asilo a Evo Morales.
Mohamed Reza Pahlevi, Sha de Irán
El monarca iraní gobernó de 1941 hasta el 16 de enero de 1979, cuando cedió a las protestas en contra de su régimen. En ese año se exilió en Marruecos, posteriormente a Bahamas, Ecuador y México en donde pasó algunos meses hasta que decidió moverse a Estados Unidos, Panamá y finalmente Egipto. El ultimo Sha de la dinastía Pahlevi ya había visitado México en 1975 por invitación del presidente Luis Echeverria.
Héctor José Cámpora
Quien fuera presidente de Argentina por tres meses, entre mayo y julio de 1973, tuvo que refugiarse con su familia en la embajada de México en Argentina después de que un comando armado intentara matarlo. Pasó tres años en la embajada hasta que la dictadura de Rafael Videla le permitió viajar a México en donde murió 13 meses después en Cuernavaca, Morelos.
León Trotsky
Después de ser expulsado de la Union Soviética, Trotsky se exilió en Turquía, Francia y Noruega hasta su último exilio en México a donde llegó por invitación del pintor y muralista Diego Rivera en 1937. El presidente Lázaro Cárdenas permitió su asilo con la condición de que Rivera se encargara de su hospedaje.
Victor Raúl Haya de la Torre
En 1923 el político peruano se exilió en México por su activismo político cuando aún era muy joven y estudiaba en la universidad en Lima. En el golpe de Estado de 1948 sus adversarios políticos lo persiguieron, pero Haya de la Torre alcanzo a refugiarse en la embajada de Colombia en Perú de donde más tarde le permitieron exiliarse nuevamente en México en 1954.
Andrés Eloy Blanco
El poeta y ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela se vio afectado mientras se encontraba en una misión diplomática en París por el golpe de Estado en contra de Rómulo Gallegos, por lo que decidió exiliarse en México en 1948. Eloy Blanco vivió en nuestro país hasta su muerte en 1955.
Trinidad Martinez Tarragó
A los 11 años llegó a México en 1939 a bordo del barco Orinoco, la fundadora del Centro de Investigación y de Docencia Económica (CIDE). El gobierno de México nunca reconoció el régimen de Francisco Franco y se restauraron las relaciones diplomáticas cuando Adolfo Suárez estuvo al frente del gobierno español.
Giuseppe Peppino Garibaldi
Fue nieto del famoso político italiano Giuseppe Garibaldi, llegó a México en 1911 tras participar en la guerra greco-turca y se unió a Francisco I. Madero. Luchó en batallas emblemáticas como la de Casas Grandes, Chihuahua, donde se le otorgó el grado de General.
José Martí
El libertador de Cuba llegó por primera vez a México en 1875 después de estar encarcelado en la Cárcel Nacional de Cuba acusado de conspirar en contra de la corona española. Regresó a México en 1877 y 1890.