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Política

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Vinculan al Cártel de Sinaloa con asesinato de sacerdotes

Los hechos se suscitaron el pasado lunes a las 18 horas en la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique, en la Sierra Tarahumara en Chihuahua, informó la fiscalía local.

El homicidio de dos sacerdotes jesuitas y un hombre al interior de una iglesia de la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique, en la Sierra Tarahumara en Chihuahua, ha generado el rechazo de la comunidad religiosa y la sociedad, quienes exigen se haga justicia y poner fin a la violencia que se vive en esa zona del país.

De acuerdo con autoridades locales, los dos sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales conocido como el Gallo y César Mora Salazar el Morita, fueron asesinados junto a Pedro Eliodoro Palma, quien se desempeñaba como guía turístico en la zona, luego de que un hombre armado les disparó a las afueras de la iglesia.

La Fiscalía General del Estado (FGE), la agresión ocurrió alrededor de las 18:00 horas del pasado lunes, cuando los párrocos intentaron resguardar a una persona que era perseguida por al menos otro hombre armado.

Al momento se desconoce el paradero de los cuerpos de las víctimas.

Versiones de los medios locales señalan como responsable del triple homicidio a José Noriel Portillo, alias el Chueco, líder de Los Salazares en el municipio de Urique, y quien opera en la región de la Sierra Tarahumara. Dicho grupo criminal es el principal operador del Cártel de Sinaloa en la zona.

El Gabinete de Seguridad Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) informaron que ya está identificado el responsable de los crímenes y se continúa con la investigación para dar con su paradero.

Obispos de Chihuahua lamentaron el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas al interior del templo parroquial; “No podemos permanecer en silencio, debemos alzar la voz por éste y todos los acontecimientos de violencia que estamos viviendo”, dijeron.

Por otro lado, Amnistía Internacional también condenó los hechos y llamó al gobierno de Chihuahua a recuperar los cuerpos de los religiosos e investigar lo ocurrido.

A la condena se unió la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), a través de Guillermo Fernández-Maldonado, representante en México quien afirmó que “el asesinato de estos dos reconocidos sacerdotes recuerda la situación de violencia extrema y vulnerabilidad que enfrentan las comunidades de la Sierra Tarahumara en Chihuahua”.

maritza.perez@eleconomista.mx

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