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Sector Financiero

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¡El FMI y el Banco Mundial nos engañaron!

Han sido el diablo...

Lima, Per. En el 2010, cuando Perú ganó la sede para realizar la reunión de otoño del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el 2015, el país andino registraba una tasa de crecimiento cercana a 9%; se hablaba del milagro peruano.

El gobierno a cargo de Alan García sorprendía a propios y extraños. Ese año la noticia era que la pobreza se había reducido en 38 por ciento.

Hoy, cinco años después, la tasa de crecimiento estimada por el FMI para Perú es de apenas 2.4%, en un país con 30 millones de habitantes, 8 millones de personas en situación de pobreza y 1.2 millones en pobreza extrema.

El milagro se terminó. Hoy, la moneda peruana, el sol, es una de las más depreciadas de la región. Y ser un país que tiene una gran dependencia de China acentúa su fragilidad.

Por eso hoy los periodistas que asisten de diferentes medios locales han tomado el micrófono y han cuestionado directamente a los directivos del fondo: ¿Por qué el país vive esta situación, si hicimos todo lo que nos dijeron? ¿Nos han engañado?, preguntó un reportero local a Augusto de la Torre, economista en jefe regional para América Latina del Banco Mundial, el martes, justo en el primer seminario del organismo.

Los cuestionamientos se repitieron y de forma más dura en la conferencia de la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde. Un reportero dijo que el FMI y el Banco Mundial fueron literalmente el diablo para muchos países de América Latina, incluido Perú.

Este enojo no es exclusivo de ellos, al hablar con los limeños tampoco están contentos de ser anfitriones de esta reunión. Aquí, en la zona del Museo de la Nación, el Teatro Nacional, el Centro de Convenciones y el Banco de la Nación, todos sonríen, los que atienden en los restaurantes, el personal de seguridad, los voluntarios, los chicos en los módulos de información. Todos sonríen, pero basta atravesar la avenida Javier Prado y entrar al centro comercial aledaño, La Rambla, y empiezan los cuchicheos, que si este viernes llegarán los mineros (ésos que hace unas semanas marcharon hacia la capital desde otros distritos y en donde incluso hubo un muerto tras enfrentarse con la autoridad), que si no pueden llegar a sus casas, que si el tráfico es infernal.

El presidente Ollanta Humala y su gobierno sabían del descontento y por ello hace una semanas se emitió el Decreto Supremo 241, declarando este evento de interés nacional y señalando el día de hoy feriado, y así tener limpia la casa para recibir a los banqueros centrales y ministros de Finanzas de los 148 países miembros del FMI.

Pero el mandatario olvidó un pequeño detalle, que los periodistas tienen que hacer su trabajo y que ellos se han convertido estos días en la voz de los otros los 30 millones de compatriotas que hoy estarán en sus casas, porque es día de asueto.

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