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México debe invertir 2.5% del PIB en investigación y desarrollo para crecer innovación
México escaló alrededor de tres puntos en el Índice de Innovación entre 2012 y 2018, pero la poca inversión en investigación y desarrollo (I+D) que ronda menos de 0.5% del PIB, lo ha hecho quedar rezagado junto con países como Chile, Uruguay y Nigeria.
Los ingredientes para innovar en México son diferentes a los de los demás países del mundo. La investigación y el desarrollo (R&D) es la base de dicha innovación, para la cual se debe invertir al menos 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB) si se desea colocar al país entre los más innovadores del mundo, de acuerdo con Richard Sear, socio y vicepresidente senior de Innovación Visionaria de la consultoría de mercado Frost & Sullivan.
De acuerdo con el estudio El futuro de México: un hub de innovación, elaborado por la consultoría bajo el auspicio de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti) y la tecnológica Cisco, México escaló alrededor de 3 puntos en el Índice de Innovación entre 2012 y 2018; pero la poca inversión en investigación y desarrollo (I+D) que ronda menos de 0.5% del PIB, lo ha hecho quedar rezagado junto con países como Chile, Uruguay, Nigeria, Argentina y Costa Rica.
Entre los países que destinan más de 2.5% de su Producto Interno Bruto a la Investigación y el Desarrollo están Singapur, Francia, Finlandia, Dinamarca, Estados Unidos, Suecia, Suiza, Corea del Sur e Israel, lo que ha hecho que se coloquen entre los mejor puntuados en cuanto a innovación se refiere.
“No hay otra forma de iniciar a fomentar la innovación que destinar fondos a investigación y desarrollo”, dijo Sear durante la presentación del estudio. De acuerdo con el especialista, si bien es fundamental invertir en I+D, no basta sólo con esto, pues factores sociales, tecnológicos y económicos se ven también involucrados.
Entre los factores sociales, el estudio destaca que sin importar su nivel de ingresos, 90% de la Generación Z, es decir quienes actualmente tienen entre 10 y 24 años, usarán Internet en el año 2025, por lo que es necesario proveerlos de innovaciones tecnológicas. A esto se suma el que los programas de estudio deben ser cada vez más personalizados y que se debe de aprovechar la oportunidad que representa el que hacia 2030, 62% de la población mexicana formará parte de la llamada clase media.
Respecto de los factores tecnológicos, el estudio advierte que el gobierno debe involucrarse directamente en el desarrollo y la protección de patentes. También que es necesario aprovechar las ganancias que se obtendrán a partir del mercado de datos, el cual rebasará en este 2019 el valor de 1,000 millones de dólares y llegará a los 2,200 millones de dólares hacia 2023.
Dicho mercado se concentrará en industrias como la de servicios financieros, las instituciones gubernamentales y el retail. En este sentido, de acuerdo con Richard Sear, es necesario reconocer a las empresas de tecnología financiera (Fintech) como un ecosistema y no como un producto, lo que permitirá que los usuarios puedan planear de una forma más integral su vida financiera.
Sobre los factores económicos, Sear aseguró siguiendo el estudio que el gobierno debe fomentar la innovación a través de un programa de protección a la propiedad intelectual. Recomendó también fortalecer el comercio electrónico y la inversión en el desarrollo de tecnologías emergentes como el Internet de las Cosas.
La educación, la inversión en infraestructura y el compromiso del gobierno son otros tres ingredientes que el especialista adelantó para fomentar la innovación en México. En particular, concluyó que era necesario contar con una meta específica de innovación, con indicadores claros y que cualquier presupuesto dentro de los gobiernos debía contar con una vertiente digital.
rodrigo.riquelme@eleconomista.mx