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Radia Perlman y la ruptura del paradigma del Internet
A los 19 años, Radia Perlman llegó al Massachusetts Institute of Technology a estudiar matemáticas. Hoy es conocida por sus importantes aportaciones para crear el Internet tal y como lo conocemos ahora.
Dentro de una industria donde los hombres son la gruesa mayoría, Radia Perlman destaca como una de las figuras femeninas más importantes en lo referente a la ingeniería de redes. Como diseñadora de protocolos informáticos, Radia comenzó a trabajar en la red comercial DECnet, y la trascendencia de su trabajo reside en lograr la actual estabilidad con la que interactúa la información dentro de la red.
-El Economista: Eres al única mujer en la lista de los 11 imperdibles de Jalisco Campus Party 2015. ¿Esto es algo que se ha repetido con regularidad en tu vida?
-Radia Perlman: La mayoría de las veces no me doy cuenta de las diferencias de género dentro de la industria. Cuando llegué a estudiar al MIT, sólo existía un espacio de residencias para mujeres, éramos 50 en una generación de mil estudiantes.
Al año siguiente, permitieron que las mujeres pudieran decidir su espacio de residencia, y eso permitió que la institución no limitara la cantidad de mujeres que entraba a estudiar ahí. Sin embargo, cuando me mudé de los dormitorios exclusivos para mujeres, me di cuenta de que no veía mujeres por ningún lado, y eso se convirtió en algo natural para mí, así que decidí no considerarme como alguien de otro género y compararme con mis compañeros de clase. Sin duda me he encontrado con dificultades a lo largo de mi carrera, pero no han sido necesariamente debido a que soy mujer. Sin embargo, sí ha habido momentos incómodos.
-EE: ¿Nos podrías compartir un momento incómodo?
-RP: Siendo todavía estudiante, llevé una clase de física donde yo era la única mujer. Me di cuenta de que el profesor se detenía de vez en cuando y me volteaba a ver y yo tenía que asentir con la cabeza. Supongo que se quería asegurar de que siguiera el paso de la clase, lo cual me hacía sentir muy incómoda. Así que decidí dejar de asentir y la siguiente clase después de mirarme un rato, el profesor me preguntó ¿Hay algún problema, señorita Perlman?, ¡y yo me sentí totalmente avergonzada!
En otra ocasión con un grupo de trabajo, yo me encontraba haciendo cosas increíbles que estaban por cambiar la industria. Mi manager era sumamente inteligente, y tenía buenas intenciones, pero no tenía idea de cómo tratar a la gente. Y estoy segura de que yo lo ponía bastante incómodo, pues cada vez que llegaba con algo ingenioso y se lo explicaba, y él se daba cuenta de la simplicidad con la que había llegado a ello, primero se impresionaba, pero después me miraba y me decía: ¿Cómo es que tú pensaste en esto? .
Sin embargo, pese a todo esto, logré ser muy exitosa. Todo fue una cadena de accidentes que comenzaron con la publicación de mi libro Interconnections: Bridges, Routers, Switches, and Internetworking Protocols. La importancia de esta publicación es que la gente empezó a aprender a partir de ella, sin importar quién soy o cómo me veo.
-EE: La gente siempre se pregunta por qué hay tan pocas mujeres en el campo de la informática. ¿Esto ha cambiado con el tiempo?
-RP: Definitivamente no. En especial al convertirte en un adulto mayor. Les he preguntado a algunas mujeres mayores por qué dejaron el trabajo técnico para convertirse en administradoras, y la respuesta de todas ellas ha sido la misma: No soy lo suficientemente inteligente para seguir en el trabajo técnico. Y eso simplemente no es verdad.
Existe el estereotipo de que un verdadero ingeniero pasó su niñez desarmando cosas para saber cómo funcionan. Yo por ejemplo, nunca hice eso. Pero el simple hecho de no entrar en ese estereotipo no quiere decir que no sea buena en lo que hago. A mí me gusta ver las cosas desde otro punto de vista. Así es como llegué a descubrir cosas que cambiaron la industria.
-EE: Parte de tu trabajo más exitoso al diseñar protocolos de redes informáticas le ha dado forma a cómo accedemos a la data hoy en día. ¿Qué opinas sobre el uso de esta información por parte del gobierno de manera poco transparente?
-RP: Es aterrador. Y no se trata solamente del gobierno. Cuando le dices a alguien que no utilice Facebook para divulgar información privada, en realidad no tiene sentido. Todo lo que haces está en una computadora en algún lado, y probablemente esté conectada a internet y pueda ser hackeada. La información de dónde vives, cuánto costó tu casa, cuáles canales de televisión ves y qué fue lo último que compraste, probablemente esté guardada en algún lugar y sea posible acceder a ella. De este modo, creo que el gobierno es el último de nuestros problemas lo que no significa que no sea espantoso.
-EE: ¿Consideras que es un asunto que se deba tratar desde la óptica de la ética o más bien de la seguridad?
-RP: El gobierno no tiene derecho a revisar nuestra información, sin embargo, de alguna manera me parece que es fabuloso que todos estos datos sean utilizados para fines sociales, como atrapar a un criminal. Sin embargo, existen criminales que trabajan justamente con la información, con bases de datos, y que a base de mentiras quieren venderte algo o extorsionarte. El hecho de que haya un sistema de control en donde a través de cámaras y dispositivos móviles se pueda saber la locación de una persona, es algo que está cambiando a la sociedad. Algunos aspectos podrán ser positivos, y otros tantos serán negativos.
-EE: Existe la idea de que el internet debería ser utilizado para el bien común, ¿consideras que esa es una realidad parcial?
-RP: La gente suele decir que el internet es fantástico porque está lleno de información, pero existe una diferencia entre las palabras y la verdad. Hay demasiadas cosas allá afuera, y muchas de ellas están absolutamente mal, así que puedes tener una mala impresión de cómo son las cosas y eso está polarizando a nuestra sociedad.
Cuando decides qué es lo que quieres creer, en internet siempre vas a encontrar información que alimente esa creencia. No importa lo extremas que puedan ser tus ideas, siempre vas a encontrar a alguien que las comparta, y eso puede ser sumamente peligroso.
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