SpaceX se alista en la milicia de Estados Unidos

El fundador de Tesla, Elon Musk, no sólo ha irrumpido de manera intempestiva en el sector de los vehículos autónomos. Musk es también fundador de SpaceX, una compañía que ha logrado romper con el monopolio de los lanzamientos espaciales del Departamento de Defensa de Estados Unidos, cuyas misiones recaían completamente en la compañía United Launch Alliance LLC.

NOTICIA: SpaceX lanzará satélite comercial con cohete usado

De acuerdo con información de Bloomberg, dado que el espacio exterior es un espacio para el reconocimiento, la defensa y las comunicaciones militares y que incluso, en el futuro, los conflictos armados involucrarán bienes que se encuentran en el espacio, el Departamento de Defensa estadounidense tiene un apetito voraz por acceder al espacio.

El multimillonario fundador de compañías como Tesla, SpaceX, PayPal, Hyperloop y The Boring Company demandó en el 2014 al gobierno estadounidense, al alegar que su empresa había sido excluida de un contrato que ofrecía la Fuerza Aérea de Estados Unidos para construir un cohete militar.

NOTICIA: ¿Cómo quiere Elon Musk colonizar Marte?

Aunque la demanda de Musk, que involucró a dos de los mayores contratistas de defensa del país norteamericano, alcanzó una escala internacional, el conflicto fue resuelto fuera de los tribunales y el Pentágono certificó a SpaceX como un proveedor adecuado de lanzamientos espaciales militares , refiere Bloomberg.

El transporte de un satélite de la Oficina Nacional de Reconocimiento fue la primera colaboración entre la compañía de Musk y la milicia estadounidense, en mayo pasado. Pero el verdadero y gran reto de SpaceX ocurrirá en agosto, cuando tanto el gobierno estadounidense como Musk pondrán a prueba la teoría de que lanzamientos más económicos hacia el espacio son convenientes para misiones militares sensibles .

NOTICIA: Tesla ya es la automotriz que más vale en Wall Street

Los transbordadores de Musk tendrán la responsabilidad de poner en órbita una de las primeras plataformas espaciales creadas por el Pentágono. De acuerdo con Bloomberg, la sonda de espionaje X-37B es una versión en miniatura no tripulada del transbordador espacial, la cual es capaz de registrar misiones con más de un año de duración.

La estadía más reciente de X-37B terminó en mayo después de más de 700 días dando vueltas a la Tierra , explicó Bloomberg. Boeing ha construido dos de estas naves. La primera fue puesta en acción en el 2010 y esta será la quinta vez en la que una asciende al espacio exterior.

NOTICIA: Elon Musk quiere conectar tu cerebro a una computadora

Pero la demanda de Musk no fue la única razón por la que el gobierno estadounidense decidió certificar a SpaceX para transportar algunas de sus naves. El precio de un lanzamiento de la empresa de Musk es de alrededor de 61 millones de dólares, mientras que United Launch Alliance, la cual cuenta con un registro de más de 100 lanzamientos, no ha podido reducir el costo de sus lanzamientos a menos de 100 millones de dólares, una diferencia significativa.

De acuerdo con Bloomberg, una portavoz de la Fuerza Aérea explicó en un correo electrónico, el 12 de junio pasado, que la misión de agosto utilizará el transbordador Halcón 9 de SpaceX , una configuración que permite un mayor peso de la carga útil. Aún no se revela la fecha exacta del lanzamiento.

NOTICIA: ¿Debemos creer en los cuentos de hadas de Elon Musk?

Los ingresos que SpaceX ha recibido desde que se convirtió en contratista militar, a los que se añaden los contratos que estableció con la NASA para reabastecer a la Estación Espacial Internacional forman parte de un plan mucho más ambicioso, en el cual la compañía transportaría astronautas a la Estación Espacial Internacional e incluso, llevaría por primera vez a un ser humano a Marte.

De acuerdo con la agencia de noticias, SpaceX dijo que también llevaría a dos turistas a un viaje privado alrededor de la Luna, en el 2018, aunque no reveló sus identidades o cuánto pagaron por el viaje.

NOTICIA: 10 datos sobre el plan de Elon Musk para colonizar Marte

rodrigo.riquelme@eleconomista.mx