El Cártel del Pacífico consolida su expansión

El cártel del Pacífico, encabezado por los barones históricos de la droga: Joaquín El Chapo Guzmán, Ismael El Mayo Zambada y Juan José Esparragoza Moreno El Azul, pese a la reciente muerte de Ignacio Nacho Coronel, ratificó su influencia en la ruta del Pacífico después de los diversos golpes dados al narco en este año por las fuerzas federales. Y avanza en las plazas de Chihuahua y Tamaulipas que junto a las entidades de Sinaloa, Durango, Guerrero, Michoacán y Morelos juntan 70% de las más de 28,000 ejecuciones ocurridas de diciembre del 2006 a la fecha.

Esto de acuerdo con diagnósticos de inteligencia y radiografías sobre la situación de los 11 cárteles del narcotráfico realizados por las las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena), Marina Armada de México (Semar) y Seguridad Pública Federal (SSPF), tras las muertes de Marco Arturo Beltrán Leyva El Barbas y Nacho Coronel, alguna vez socios, a manos de las fuerzas del Estado, se detonó el fortalecimiento del Cártel del Pacífico.

Pero además forzó una recomposición en la que, para proteger sus territorios, el Cártel del Golfo pactó con Tijuana, mediante sus capos Ezequiel Cárdenas Guillén Tony Tormenta y Luis Fernando Sánchez Arellano El Alineador y Samuel Zamora Arellano El Ingeniero herederos del clan Arellano Félix, con la bendición de Osiel Cárdenas Guillén El Mata Amigos -extraditado a Estados Unidos- y de Benjamín El Min Arellano Félix.

En tanto, el cártel de Los Zetas, encabezado por sicarios desertores del Ejército en pugna con el Cártel del Golfo, ahora se asociaron con lo que queda del de Sinaloa bajo la tutela de Heriberto Lazcano El Lazca -uno de Los Zetas originales- con el único sobreviviente libre de los Beltrán Leyva, Héctor Alfredo El H.

Las cuatro organizaciones del Pacífico, Sinaloa, El Golfo y Los Zetas son quienes enfrentan y afrentan a las fuerzas federales en sus territorios y los terrenos que disputan, pero donde la pugnas arrecian es en el Triángulo Dorado, compuesto por los estados de Chihua­hua, Sinaloa, Durango y Sonora.

Zona serrana donde se siembra históricamente amapola, se extrae la goma de opio para derivar en heroína y el estupefaciente de la marihuana, que siempre ha estado bajo la tutela de los narcotraficantes sinaloenses y sonorenses, de acuerdo con los estudios históricos de la Sedena y la Semar expuestos al público en sus museos de los enervantes.

Los otros

Las otras organizaciones identificadas por la SSPF y el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) son el cártel de Colima o Los Reyes de las Metanfetaminas, que iniciaron en la década de los 70 en México la producción de las denominadas drogas duras o de diseño, hoy en boga en Estados Unidos.

Esta organización logró conciliar intereses con los cárteles de El Golfo, Los Zetas y Sinaloa con influencia en Michoacán, Guerrero, Jalisco, Oaxaca e incluso Sinaloa, porque no competían con las cargas de cocaína y marihuana; sin embargo, comparten rutas bajo el derecho de piso .

El grupo lo encabeza Luis Valencia Valencia, Óscar Orlando Nava Valencia, José Benavides Martínez, Juan Calixto Ramos Vázquez y José Silverio Martínez González, quienes comparten la ruta del Océano Pacífico (puerto de Manzanillo) donde ingresan los precursores químicos para La Familia Michoacana, Sinaloa y El Pacífico.

El Cártel de los Díaz Parada con su influencia en Chiapas, que tras la detención en el 2007 de Pedro Díaz Parada, quedó bajo la tutela de Eugenio, Jesús El Chuy y Domingo Aniceto Don Cheto, dedicados todos al tráfico de marihuana.

El Cártel del Istmo está compuesto por derivados de Los Zetas, no originales, pero independientes que laboran con narcotraficantes de Guatemala, El Salvador y Honduras. La SSPF los tiene catalogados como organizaciones de menor relevancia, pero con una importante y activa participación en la cadena delictiva .

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