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Gorbachov rompió la historia a favor de la libertad
Quiso reformar a la Unión Soviética, pero terminó rompiendo paradigmas, muros y fronteras. No quiso que la Unión Soviética colapsara, pero sus reformas fueron lo suficientemente ambiciosas que terminaron por debilitar a los sólidos pilares del Partido Comunista.
Los reformistas no llegan solos. Requieren una serie de permutaciones y combinaciones de los componentes sociales del entorno que, en ocasiones, el azar suele temporizar. O no. La voluntad también es un acto político.
El legado de Mijaíl Gorbachov se ramifica entre la transformación económica y la pluralidad; Perestroika y Glasnost; libre mercado y libertad de pensamiento.
En la tercera década del siglo XXI la mente se nubla de nostalgia ante la ausencia de líderes políticos que en su momento entendieron el fin primordial de la sociedad: la libertad. Las libertades en plural.
Un retrato instantaneo del presente siglo presenta al político prototipo: el populista. El personaje que vive de la masificación y no de la individualidad. El que usa a la mentira como único medio para cohesionar. El que se alimenta de la ignorancia de la masa. El ser ahí de Heidegger: cuanto más me siento libre menos libre soy.
Los reformistas han dejado espacios libres de inteligencia sin llenar.
Gorbachov requirió seis años para miniaturizar la historia y trasladarla a los museos. No logró culminar sus reformas, pero como ficha de dominó en movimiento regional, ayudó a derribar el pesado muro de Berlín.
Candil de la calle, oscuridad de su casa. Gorbachov no es querido en Rusia porque es la imagen que representa el fin de la Historia; el fin del imperio. Para muchos es el traidor que se hizo famoso en Las Vegas a través de la publicidad de Pizza Hut.
António Guterres, secretario general de la debilitada ONU dijo sobre Gorbachov: fue "un estadista único que cambió el curso de la historia. Hizo más que cualquier otro individuo para lograr un final pacífico de la Guerra Fría". No es baladí que lo diga Guterres en un momento en el que la crisis que vive el Consejo de Seguridad pueda prolongarse hasta su colapso.
Interesante viajar al pasado para leer lo que publicaba la prensa estadounidense en 1987. Se trata de un texto del Washington Post en noviembre de 1987:
"Justo ahora, gracias al encantador líder soviético Mijaíl Gorbachov, su bien vestida esposa Raisa, y su glasnost y perestroika, es la sensación del mes. Las boutiques de moda venden pins de Lenin y camisetas con el martillo y la hoz. Los índices de aprobación de Gorbachov son más altos que los de todos los candidatos demócratas, excepto Jesse Jackson. El Washington Blade, un periódico gay, publicó un anuncio para un concurso de imitadores de la señora Gorbachov".
Ayer, Gorbachov murió a los 91 años de edad en un hospital público.
Quiso cambiar a su país, cambió el mundo.
@faustopretelin