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¿Inflación endémica?
A la memoria de Don Alberto Baillères, mecenas visionario de la educación
Comienzo con precisar algunas definiciones sobre el fenómeno inflacionario. Primero, este puede ser transitorio, es decir, de carácter esporádico o temporal. Segundo, permanente cuando la inflación se vuelve continua e ininterrumpida. Tercero, persistente, sistémica o endémica, que es cuando de permanente sigue avanzando y se incrusta en el sistema, es decir, se estaciona por un periodo indefinido.
El presente ciclo inflacionario global comenzó en marzo de 2021 y atinadamente desde fines del año pasado se dejó la discusión bizantina de si era transitoria o no. La mayoría de los analistas ha coincidido en su naturaleza permanente. Tradicionalmente la inflación se determina mayormente por presiones de la demanda agregada. No obstante, en esta pandemia, como se ha señalado ad nauseam, condiciones de oferta agregada han jugado un papel primordial. Ello, debido a cuellos de botella en el suministro de materias primas, bienes intermedios manufactureros como semiconductores y chips de computadora, escasez de camiones de carga y choferes, y fletes de transporte aéreo y marítimo que han resultado en incrementos de costos exorbitantes. Por ejemplo, antes de la pandemia un contenedor de Asia a Estados Unidos tenía un costo promedio de 2,500 dólares; hoy cuesta 16,500 dólares.
Pero la demanda agregada ha tenido una mayor fuerza debido a la respuesta fiscal para compensar los efectos de la pandemia. También ha habido una gran rotación de demanda hacia bienes manufacturados que en forma natural son más dependientes de materias primas y de las cadenas de valor. Los cuellos de botella también se exacerbaron por demandas precautorias: un desplazamiento de “just in time” a “ just in case”, como lo menciona Claudio Borio, del BIS.
El temor ahora es que la inflación global pueda entrar en una fase persistente o endémica. Ello pudiera alimentarse de una inflación salarial que desate efectos de segundo orden. Las espirales salario-precios son la esencia de la inflación en esa etapa y llevan a aumentos generalizados de precios relativos. Además, refuerzan la inercia inflacionaria que perpetúa la presiones. De ahí la importancia de que la política monetaria actúe a tiempo para anclar las expectativas.
En México, los analistas esperan para 2022 una desinflación gradual a 4.4 por ciento. ¿Promueve este gradualismo el paso de inflación permanente a endémica? Pienso que esa percepción es importante para la toma de decisión de la política monetaria del Banco de México. Este jueves veremos la primera decisión de la Junta con el voto de la gobernadora Victoria Rodríguez. Parece que la discusión es aumentar la tasa en 50 puntos base (pb) o 25 pb. Una mejor señal serían 75 pb. Aun así, si la decisión son 50pb, incluyendo el voto de la gobernadora, sería un buen indicio sobre qué tan comprometida está en evitar que la inflación se vuelva persistente. Como lo dijo mi maestro Phillip Cagan en 1979: “Sólo un compromiso firme para doblegar la inflación podrá modificar las expectativas de inflación que han sido muy débiles para controlar la inflación”.
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