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Arte e Ideas

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“A veces, la mentira es más eficaz que la verdad”: Jorge Edwards

En la FIL de Guadalajara, el escritor chileno dijo que la novela es una construcción a base de lenguaje, que a veces contradice la realidad.

En la literatura siempre hay un elemento de verdad que deriva de la mentira. A veces la mentira es más eficaz y más comunicativa, más estimulante que la pura verdad , afirmó el escritor chileno Jorge Edwards (Santiago de Chile, 1931) en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Cuando se intenta narrar la realidad me pregunto si es posible. Cuando se usa la memoria en la literatura siempre se introduce un elemento de orden estético, de coherencia. Se saca al pasado del caos en el que está inmerso naturalmente. Eso es ficción. La novela no es la esfera de la realidad, es la esfera de la invención. La novela es una construcción a base de lenguaje. Es un elemento autónomo. A veces contradice la realidad , continuó el escritor.

LA FRAGMENTACIÓN INTERIOR

Durante su intervención especie de entrevista pública realizada por Christopher Domínguez Michael Edwards evocó su fascinación por Michel de Montaigne (1533-1592), personaje admirado, amado . En La muerte de Montaigne (Tusquets, 2011) escribió:

El señor tomaba partido, pero no pensaba como hombre de partido. Juzgaba las cosas por sus méritos propios, sin el menor ánimo de favorecer a uno u otro bando. Se proponía ser íntegro, vivir en plenitud, conforme consigo mismo. Como dijo en uno de sus textos, refiriéndose a las luchas de familias y de facciones en la Italia del siglo XIV (algún chileno antiguo habrá escuchado hablar de estos conflictos, que entraron en la gran literatura, en los dramas de Guillermo Shakespeare, en Romeo y Julieta), era güelfo para los gibelinos, gibelino para los güelfos. Casi siempre me siento identificado con esa división interna, con esa esquizofrenia (entiendo que ahora la llaman bipolaridad).

Es, de hecho, una imagen externa, que tienen los otros, pero que corresponde a una fragmentación interior, a una duda permanente o casi permanente. Antes de las últimas elecciones presidenciales, solía ser de la Alianza para los de la Concertación, y de la Concertación para los de la Alianza. Supongo que esa estimación, esa perspectiva, cambió después de mi voto declarado por el candidato de la centroderecha, pero la verdad es que yo no cambié, y la muerte de Neruda (no la de Montaigne), como aseguró un poeta luciferario (portador de cirios en procesiones), no tiene la menor relación con el asunto. ‘Tú desconciertas a la izquierda’, me dijo un día, hace ya largos años, en un cóctel de embajada, Jaime Guzmán.

El propio, el mismo, el fundador de la UDI (la Unión Democrática Independiente, donde la peligrosa noción de democracia estaba compensada por la de independencia frente a los partidos políticos, cara al pinochetismo), el que fue asesinado pocos años más tarde. Éramos parientes lejanos, y nos saludábamos con amabilidad, con algo de distancia, y quizá, no me avergüenza decirlo, con una secreta simpatía. Mi proyecto siempre ha consistido en tratar de pensar por mi cuenta, fuera de los intereses partidarios, y no descarto que el proyecto pueda ser anticuado. ¿Reaccionario? No sé. A lo mejor. O a lo peor , cifró Edwards.

Un hombre que produce ‘ensayos’, sentenció a su modo, no puede producir ‘resultados’ , escribió Edwards sobre Montaigne.

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