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Arte e Ideas

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Cuatro voces para recordar al amigo Carlos Fuentes

Elena Poniatowska, Luisa Valenzuela, Sergio Ramírez y Juan Cruz se dieron tiempo para reflexionar sobre Carlos Fuentes, su obra y, sobre todo, la huella que dejó en ellos el amigo que se fue.

Carlos Fuentes fue un escritor. Un viajero. Un seductor. Un impulsor de nuevos escritores. Un mal bailarín que luego se compuso . Un autor no totalitario, sino totalizador. Un embajador de México. Un hombre inabarcable. Pero, por sobre todas estas cosas, Carlos Fuentes fue un amigo. Esto, al menos, para Luisa Valenzuela, Sergio Ramírez, Elena Poniatowska y Juan Cruz, quienes se reunieron en la primera de las cinco mesas dedicadas al autor de La región más transparente, como parte del homenaje póstumo que le rinde la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL).

La cita era a las 17:00 horas en el auditorio Juan Rulfo. Sin embargo, desde una hora antes ya había fila para entrar al lugar. Casi 20 minutos después de la hora anunciada, tomaron su lugar en la mesa los invitados, que fueron recibidos por Raúl Padilla López, presidente de la FIL, quien señaló que la ausencia, la profunda huella que dejó [Carlos Fuentes] en esta feria, nos alienta a continuar con esta labor cultural. Él fue el principal impulsor de esta feria . Padilla explicó que el objetivo del homenaje era reflexionar sobre la multifacética personalidad de Fuentes, que será comentada por artistas, intelectuales y amigos .

El siguiente en hablar fue Juan Cruz. El periodista español destacó que Carlos Fuentes fue un continente y muchos, ya que fue un hombre que tendió puentes entre Chile, Argentina, Panamá, México y Portugal. Fue un hombre que, a través de la cultura, adquirió una geografía múltiple. Fue un latinoamericano . Y después, en su papel de moderador, cedió la palabra a los otros integrantes de la mesa.

El primero fue Sergio Ramírez, quien comenzó contando su último encuentro con Fuentes, en Estados Unidos. Cuando lo vi, en abril de este año, nos abrazamos. Me dijo, como me decía siempre: ‘No me abraces tanto, que tus abrazos de oso me van a reventar los huesos’. Y yo le respondí como siempre le respondía: ‘Son abrazos tipo correligionario del PRI: para sacarte las flemas y apretarte los pulmones’ .

Luego, comenzó a rememorar diferentes anécdotas de su relación con Fuentes: cuando éste le llamó para anunciarle que había sido elegido como ganador del Premio Alfaguara; cuando, en 1965, leyó Aura por primera vez y, al día siguiente, fue a buscar el número 815 de la calle Donceles; cuando se despidieron en ese encuentro de abril, con la consigna de verse en octubre en Cartagena, cosa que ya se ve que no fue posible .

Para seguir con el tono emotivo, Luisa Valenzuela también hizo un repaso de algunas de las anécdotas con Fuentes, desde que lo conoció en París, mil años atrás , hasta su último encuentro en mayo de este año, días antes de su muerte, en Buenos Aires. La escritora argentina calificó al mexicano como un caleidoscopio y como un hombre del Renacimiento porque, enfatizó, cubría todas las áreas: política, artes plásticas, cine, arqueología, antropología, crítica literaria .

También señaló que Fuentes se acercó desde la literatura al tema del poder, y agregó: Él tenía el poder en sus manos. Hubiera podido ser presidente de México. En lugar de eso, miró todos los aspectos del poder desde fuera para escribirlos .

Elena Poniatowska, sin duda la intervención más esperada por todos los asistentes, dijo que conoció a Fuentes hace 56 años, antes de que fuera escritor, cuando se iban a bailar la raspa y el mambo. Bailaba muy mal, pero se compuso . Después señaló que el autor de Terra Nostra es un escritor que abarca el siglo XX y el XXI, que jugó con una obra infinita que rebasa a México y arrolla a la literatura anterior a él y quizá a la porvenir . Según Poniatowska, Carlos Fuentes fue el mejor embajador de México en el mundo.

Cuando viajaba se llevaba a México, y lo que él escribió es México . Y cerró diciendo: Carlos Fuentes no ha muerto, sólo ha cambiado de lugar . Y no sólo Carlos Fuentes cambió de lugar: invitados por Juan Cruz, todos salieron presurosos del auditorio Juan Rulfo para buscar un lugar en la presentación de Federico en su balcón, libro póstumo de Fuentes. En el auditorio, sólo quedaron los recuerdos.

El homenaje a Carlos Fuentes incluye cuatro mesas más: Carlos Fuentes, la lengua y la historia; Carlos Fuentes y la conciencia latinoamericana; Carlos Fuentes y el arte; y, finalmente, Carlos Fuentes y los escritores.

ERP

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