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Arte e Ideas

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El Bolaño inminente

A casi ocho años de su muerte, Anagrama publica "Los sinsabores del verdadero policía" y para los críticos es una muestra viva y palpitante del mejor Bolaño.

Bolaño es un guerrero y un enigma. El hombre muerto pervive en su escritura: es una estrella distante que, desde una galaxia lejana, transmite el canto de una generación derrotada, delirante y a la deriva: la suya. Un canto desgarrador, sublime y poderoso, que salió de la garganta cansada de un escritor masoquista por naturaleza, y enfermo de gloria. Masoquista porque se entregó a morir al oficio más peligroso: la escritura, y enfermo de gloria porque esa es la verdadera motivación que impele al acto a los valientes.

A casi ocho años de distancia desde la muerte de Bolaño, nuevamente la editorial Anagrama nos sorprende con uno de esos tesoros que le aportan un beneficio económico indudable al sello de Herralde, el principal artífice de la conversión de Bolaño, de escritor de culto en figura mediática internacional.

La novedad tiene un título que para muchos es el menos bolañesco de todos pero es tan Bolaño como los mágicos Amuleto o La literatura nazi en América. El libro se llama Los sinsabores del verdadero policía y para los críticos es una muestra viva y palpitante del mejor Bolaño: aquel que dejó huella de su talento y profundidad en libros tan dispares como Estrella distante, Una novelita lumpen, y de manera desbordada, frenética y terrible, en Los detectives salvajes y 2666.

Los sinsabores del verdadero policía es una conjunción algo ordenada de fragmentos preconcebidos para ser novelados pero que en las manos, en el cuerpo, el pulso, y en la imaginación del escritor no pasaron de ser un proyecto de novela.

No es cosa menor, mucho menos en este escritor que entendía la complejidad del término proyecto: en el sentido de perspectiva y en el sentido que atribuye el existencialismo a la situación del ser como un ente arrojado, en estado de yecto : arrojado a un mundo que al mismo tiempo se le desvanece en las manos. Esta novela es también un proceso: la literatura en estado arrojado hacia su propio descubrimiento.

Los sinsabores es una novela en la cual se presenta un tipo de Bolaño. Pero al contrario de la opinión de los escritores consagrados, parece que en esta novela no encontramos al mejor Bolaño, sino sus huellas. Por eso, quizá es mejor decir que el Bolaño de esta novela es el Bolaño inminente: el Bolaño posible, instantáneo, fugaz pero en algún modo asible por un instante: el instante de la posibilidad en la cual la escritura puede arrojar un milagro, el registro avasallador de la subjetividad y cuyas huellas son el reversodel derrumbe interior.

Ni la historia ni la forma son el condimento central de este libro, sino la consonancia armónica entre el papel, la carne, la tinta y la sangre. Estas huellas convierten a la novela en un acto de inminente fulgor, en una obra de arte.

No el detective, sino el criminal

En Los sinsabores no encontramos al detective sino al criminal, el criminal esteta (aquel que experimenta el mundo de las pasiones) y descarnado que deja su rastro, que quiere que lo encuentren y que se divierte como cruel demiurgo.

Los sinsabores, a pesar de la razón económica evidente que ronda su publicación, mantiene la fuerza que ha hecho al chileno grande. Bolaño es a prueba de balas. Tanto este como los otros libros póstumos del chileno son para verdaderos fans y especialistas pero no tanto para neófitos en su literatura.

El escritor mencionaba en una carta escrita en 1995: Desde hace años trabajo en una (novela) que se titula Los sinsabores del verdadero policía y que es MI NOVELA. El protagonista es un viudo, 50 años, profesor universitario, con una hija de 17 (Rosa), que se van a vivir a Santa Teresa (trasunto de Ciudad Juárez), ciudad cercana a la frontera con los USA (sic). Ochocientas mil páginas, un enredo demencial que no hay quien lo entienda .

Con estas palabras uno se pregunta: en aquel 1995, ¿dónde tenía puesta la mira Bolaño? Por aquel entonces ya había comenzado la redacción de El Tercer Reich, tenía en la cabeza la idea de escribir una novela sobre los crímenes cometidos contra mujeres en Ciudad Juárez (ulteriormente, 2666), aún no publicaba Los detectives salvajes ni Amuleto. De tal modo que ese fragmento aporta luz: El proyecto de Bolaño era una novela total pero no a la manera moderna sino a partir del frenesí y el delirio. Bolaño ya había levantado su mundo literario, un mundo en el que rugirá por siempre esa novela vital que todo lo toca y a la que todo aviene: Los detectives salvajes.

Por su parte, Los sinsabores del verdadero policía es la inminencia de un golpe artístico, el cual nos hace ver estrellas para reintegrarnos al universo.

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El proyecto de Bolaño era una novela total pero no a la manera moderna sino a partir del frenesí y el delirio. Bolaño ya había levantado su mundo literario, un mundo en el que rugirá por siempre esa novela vital que todo lo toca y a la que todo aviene: Los detectives salvajes.

aflores@eleconomista.com.mx

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