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El País América cierra su edición print; apostaremos todo a digital, dice su director, Javier Moreno Barber

El cierre de la edición impresa de El País en México coincide con un momento crítico para la industria: recortes de personal sostenidos desde enero de 2018 y acelerados en julio de ese año, en coincidencia con la elección de Andrés Manuel López Obrador como presidente; reducción a la mitad del gasto público federal en publicidad, y disminución de los ingresos por circulación y publicidad de los periódicos de papel.

El periodista Javier Moreno Barber, director de El País América, entrevistado en su oficina en la Ciudad de México. Foto: JSG

Al periodista Javier Moreno Barber le tocó ser quien apagara la luz de la edición de papel del periódico El País en México y Argentina, las dos últimas ediciones impresas de esa emblemática cabecera española en el continente americano. “Yo lo veo más bien como encender la luz de una nueva época, la digital. Y de hecho, si se miran las cifras, estamos apagando poco”, dijo Moreno Barber, director de El País América, entrevistado en su oficina en la Ciudad de México.

El 27 de noviembre, El País anunció la terminación de su negocio de papel en América para concentrar sus esfuerzos en el formato digital. La última edición impresa tendrá fecha del 31 de diciembre de 2019. En contraparte, el diario abrió 14 plazas nuevas para fortalecer su presencia web en español, con tareas que revelan sus prioridades periodísticas y digitales: corresponsal en la frontera, reportero especializado en economía y finanzas y otro, en medio ambiente; expertos en video y narrativas multimedia. Al concluir el reclutamiento, el diario tendrá 34 periodistas en su centro de operaciones de la Ciudad de México. “Realmente es ahí, en digital, donde vemos que vamos a hacer el mejor periodismo y el mejor servicio a las sociedades en América”, dijo.

La cita para la entrevista coincidió con la capacitación de su personal para el uso del sistema de gestión de contenidos en línea Arc Publishing, la potente tecnología de CMS (Content Management System, por su sigla en inglés) desarrollada por The Washington Post. El País adquirió la licencia en septiembre de 2018. La migración hacia lo digital, no queda duda, va en serio.

El cierre de la edición impresa de El País en México se produce en un momento crítico para la industria: recortes de personal sostenidos desde enero de 2018 y acelerados en julio de ese año, en coincidencia con la elección de Andrés Manuel López Obrador como presidente; reducción a la mitad del gasto público federal en publicidad, uno de los principales soportes económicos de muchos medios noticiosos, y disminución de los ingresos por circulación y publicidad de los periódicos de papel.

Grupo Prisa, la holding propietaria de El País, tampoco ha vivido momentos de esplendor económico. Su deuda supera todavía los 1,100 millones de euros (desde los 5,000 de 2010) y aún sostiene los letreros de venta en distintos activos no prioritarios.

Lejos quedó la presencia física de El País en México, Argentina, Chile, Perú, Estados Unidos y República Dominicana. “El dinero que nos costaba el impreso lo vamos a invertir en digital, en contratar nuevo periodistas, en tener dinero para nuevos proyectos”, dijo Moreno Barber, quien dirigió la edición global desde Madrid entre 2006 y 2014 y fue llamado para encabezar la edición América en agosto de 2018.

El País, fundado en 1976 y con edición impresa en México desde 1994, reportó un tiraje para el territorio mexicano de 14,400 unidades en agosto de 2019. Su edición digital registró 7.1 millones de usuarios únicos multiplataforma en México en octubre, según la agencia de medición de audiencias Comscore.

La edición papel le representaba costos superiores a los beneficios periodísticos y económicos; la edición digital, en cambio, permite comercializar a partir del tráfico y luego buscar otras formas de ingresos. “Cuando tienes mucho tráfico, la publicidad —incluso la programática (operada por robots y algoritmos)— y las campañas específicas empiezan a aportar para el ingreso. Estamos contentos con lo que se puede hacer, como vender más publicidad sobre tráfico”, dijo. “A partir del año que viene el periódico va a implementar un modelo de suscripción. Creemos que puede aportar también ingresos adicionales; estamos estudiando cómo va a ser el perfil de la oferta sin dañar al tráfico, sin dañar los ingresos publicitarios”.

A los retos económicos hay que sumar la emergencia de las redes sociales como fuentes de información y un ambiente informativo con fuerte presencia de noticias falsas (fakenews) y discursos que distorsionan la realidad y construyen nuevas versiones de los hechos (posverdad).

¿Son tiempos de vacas flacas? “Yo no diría que son tiempos de vacas flacas, lo que digo es que son tiempos complicados. Los periódicos no ingresamos lo que ingresábamos antes por publicidad; no ingresamos en digital todavía nada por suscripciones. Esperamos el año que viene construir una base de suscriptores importante y —en ese sentido— sí: no son los tiempos gloriosos de antes de 2008”, dijo Moreno Barber, en referencia a la gran crisis económico y financiera que marcó un punto de quiebre en la industria periodística.

En ese momento se cruzaron tres disyuntivas que hicieron temer el fin de los periódicos impresos: el encarecimiento del papel periódico, la migración de la inversión publicitaria hacia formatos digitales, y el viraje en los hábitos de consumo que hizo disminuir el número de suscriptores y lectores de periódicos impresos. Los lectores se encaminaron hacia los formatos digitales y móviles.

El País reconstruirá su muro de pago (paywall), una iniciativa que intentó entre noviembre de 2002 y junio de 2005 y que abandonó por la caída dramática de su tráfico digital y el bajo volumen de suscripciones digitales vendidas. Eran otros tiempos: el internet corría a una velocidad que debería calificarse de majadera y los medios de pago digitales eran escasos y de difícil instalación. Tan era otra época que la industria no había creado el concepto “paywall”, hoy tan extendido y socorrido. Tampoco existía el iPhone y Facebook no estaba disponible en español.

A modo de paréntesis, es curioso notar que mientras El País ultima detalles para volver a levantar su paywall, Grupo Reforma de México se prepara para hacer un “muro poroso” que permita acceder gratuitamente a contenidos. “Estamos cambiando la estrategia para diseñar un muro flexible que no fuerce a los usuarios a suscribirse al periódico”, dijo Juan E. Pardinas, director editorial de Reforma, en un foro de la Google News Initiative el 26 de noviembre. De acuerdo con el estudio Global Entertainment & Media Outlook 2019–2023 de la consultora PwC, Reforma acumuló 100,000 suscriptores digitales en 16 años de vigencia de su paywall.

Para el caso de El País, Moreno Barber prefirió no dar detalles sobre la iniciativa de cobro para acceder a los contenidos. Confirmó que el diario adoptará un modelo único global, que aplicará tanto en España como en Brasil o el resto de América, y que utilizará los recursos que destinaba al formato papel para “invertir en el futuro” digital. La intención es ser una referencia política y cultural en un continente que no es el suyo de origen: “Vamos a ser un periódico latinoamericano”, dijo.

—¿Qué esperas de la audiencia de El País?

—Nosotros no vamos a buscar cazar a nadie. Nosotros vamos a ofrecer buen periodismo y creemos que hay una demanda de buen periodismo, de análisis, de contexto, de profundidad tanto en México como en el resto de América y como en el resto del mundo. Lo estamos viendo con la erosión de las antiguas estructuras, con la multiplicación o proliferación de fuentes de información —unas menos fiables que otras—, la falta de jerarquía. Cada vez se resalta el valor de un periodismo que es capaz jerarquizar, de priorizar, de explicar las cosas con el contexto. Ese es el trabajo que vamos a hacer. Las cifras que estamos viendo, los crecimientos que estamos viendo en México, son de los más potentes de toda América, junto con algún otro país, y creemos que ese es un buen indicador de que lo que hacemos es necesario para el progreso de esta sociedad y del resto de sociedades de América Latina.

A Javier Moreno le tocó ser quien apagara la luz de la edición impresa. No lo niega, tampoco lo admite con orgullo. “El futuro está en digital. Y si puedo invertir más ahí, si puedo hacer un mejor periodismo ahí, ¿por qué no lo hago? Los recursos son limitados y estaba gastando muchísimo en la edición en papel, más de lo que realmente me aporta en términos periodísticos”. Adiós, papel.

Periodista. Escribe Economicón, la newsletter sobre privacidad y sociedad de la información de México. Desde 2010 es editor en El Economista. Maestro en Transparencia y Protección de Datos Personales. Su canal de entrevistas en YouTube se llama Economicón.

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